Capítulo 24. Morenas.

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Jesús

–¡Dani! ¿Puedes coger la chaqueta verde?–Grito, y mi madre suspira desde la puerta principal de casa.

–No vais a llegar–Sentencia Raquel detrás mío y mi madre se ríe.

–Esto es siempre así, cariño –La chica ríe y yo sonrío.

–¡Dani! ¿Puedes darte prisa?–Oigo un grito de mi hermano desde la habitación pero no consigo descifrar que dice–¡La colonia! –Exclamo sobresaltado–¡Traela también!

–Te voy a cerrar la boca con esparadrapo –Me amenaza cerrando la puerta–Hola morena–Besa a Raquel en la frente y ella sonríe.
Tiene una sonrisa preciosa.

–¿Ya?–Mi madre rueda los ojos y los tres asentimos–Algún día llegaremos a tiempo...

–¡Ha sido su culpa!–Nos quejamos mi gemelo y yo a la vez señalándonos y chocamos las manos riendo.

–A veces me dais miedo–Susurra Raquel a mi izquierda y sonrío mirándola –Y esa sonrisa de soy el mejor y lo sé, también me da yuyu –Suelto una carcajada y la empujo de la cintura para que avance.

***

–¡Claro! –Sonrío –Es increíble. Algunas acampan días para poder vernos desde cerca–Observo un segundo el vídeo que está saliendo detrás mío mientras hablo. Es el concierto de ayer–¿Cómo no vamos a agradecer eso?

–Aunque les decimos mil veces que no hagan eso porque tampoco es bueno–Continúa mi hermano sincero–Hay chicas que se pasan horas a pleno sol y nos sentimos un poco culpables...

–¡Pero son muy cabezotas!–Río y por un momento me acuerdo de Raquel.
Ella es la definición exacta de cabezota.

–Tú tampoco te quedas corto–Me chincha Dani defendiendo a nuestras fans.
La presentadora ríe y nos cuenta que vamos a hacer un pequeño test de compatibilidad.
Parece que somos pareja.

–Si os equivocais más de cuatro veces meteréis la cabeza en ese cubo de agua... –Menos mal que estamos en verano –¿Rubias o morenas?

–Morenas–Sentenciamos a la vez, y nos miramos con complicidad porque los dos sabemos que en verdad el color nos da igual, pero...

–¿Ojos claros o oscuros?

–Claros–Suelta mi hermano y chasqueo la lengua.

–Oscuros –Rio, y se oye un sonrido de fallo en plató.

–¿Atrevidas o tímidas?

–Mezcla–Contestamos a la vez, y la presentadora sonríe.

–A ver, explicarnos eso–Nos señala con el dedo y miro a mi hermano que levanta las ceja para que hable yo.

–Pues...–Elevo los ojos buscando inspiración –Está claro que lo fácil no suele gustar... Y quizá una chica demasiado atrevida nos acabaría por asustar y cansar–Miro a mi gemelo –En mi opinión, creo que nos gusta todo a su límite. Atrevida cuando tenga que serlo y tímida en otros momentos –Sonrío– ¿A quién no le parece adorable una niña que se sonroja cuando le dices algo especial?–Hago un gesto obvio y el publico ríe.

–Parece que lo tenéis muy claro– Me encojo de hombros y la presentadora me sonríe.

***

–¡Ni se te ocurra! –Chilla subiéndose al sofá de camerino y me acerco pasándome la mano por el pelo mojado.
Sí, hemos perdido.

–Va... Si lo estás deseando...–La chincho, y salta del sofá para correr pero consigo alcanzarla agarrándola de la cintura y se cruza de brazos enfadada–También eres de las que coge una rabieta si le hago algo malo–Levanto las cejas y se ríe en bajito para que parezca que está enfadada. Asiente–Vaya...–Hace lo imposible por salir de mi agarre pero no consigue nada porque tengo el triple de fuerza que ella–Que cascarrabias... –Rio y la oigo quejarse en bajito. Rozo mi mejilla con la suya y la oigo pegar un chillido.

–¡Está helada, Jesús!–Se queja riéndose y me sacudo el pelo sin soltarla, mojándole toda la cara–¡Para!

–Solo uno chiquitín en la mejilla...–Asiente y se cruza de brazos volviéndose a hacer la enfadada.
Suelto otra carcajada y le beso la mejilla justo antes de sacar la lengua y mojarsela aún más.

–Jesús... –Intenta decir, pero entre las carcajadas que está soltando no le sale más que un sonido de foca.
Le miro detenidamente cada movimiento y sonrío mientras se limpia la mejilla como si le fuera a pegar una enfermedad mortal–Eres un cerdo–Me río y se echa el pelo hacia atrás.

La puerta de la habitación se abre y Dani entra con una bandeja.
Raquel se tira literalmente encima de él y mi hermano ríe levantando la tarta que lleva en la mano.

–¿De qué es?–Levanto las cejas y Raquel mira a mi gemelo con ojitos de cordero.

–No sé –Sentencia él sonriendo–Pero es mía –Señala a la chica–Mía.

–¿Qué os ha dado hoy contra mí? –Se pica mirándonos y me río.

–A no ser...–Comienza Dani, verás... –Que no te importe que pase la tarde con Marta–Raquel levanta las cejas y sonríe –Pero tienes que decir que ella ha estado contigo–Asiente y se ríe.

–No hacia falta que jugaras con mis sentimitros hacia una tarta de...–Abre los ojos como platos–¡Chips Ajoy! –  Me río y ella continúa –Te voy a dejar siempre estar con Marta hasta que seas un cabrón y le rompas el corazón –Lo mira frunciendo el ceño –No lo hagas, por favor–Mi hermano me mira de reojo y asiente– Como lo hagas te voy a cortar los huevos y las cuerdas vocales–Daniel asiente y yo me río–¡No has traído cuchillo!–Se queja, y sale de la habitación en busca de uno.

Mi gemelo se ríe y deja la tarta sobre la mesa.

–¿Qué tal?–Le miro extrañado y se sienta en el sofá –Por lo de ayer, no hemos tenido tiempo de hablar de el bajón repentino que te dió–Se medio ríe y asiento.

–Bien, no sé que pasó.

–¿Era por Raquel?–Niego.

–¡No! ¿Por qué iba a ser por ella?–No mientas, Jesús, me recuerda una vocecilla.
Se encoje de hombros.

–Digo, porque vas a tener que pasar toda la tarde con ella–Desvío la mirada–Solos. No pienso que os acopleis a Marta y a mí cuando he conseguido que se salte un poco las reglas, y tampoco pienso dejar a Raquel sola por mi culpa.

–Tiene más amigos –Me defiendo.

–¡Claro! Oye, ¿puedo quedar contigo? Esque los padres de Marta se tienen que pensar que está conmigo pero en realidad está con Daniel Oviedo... Sí, el componente de Gemeliers– Intenta imitar la voz de Raquel pero le sale bastante mal– Además, hermanito, ambos sabemos que aunque te estás cagando de miedo tienes unas ganas inmensas de estar con ella.

Tu Sonrisa En Mis Pupilas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora