Capítulo 4. Ni siquiera me conoces.

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Raquel

Daniel esta secándose el pelo con la toalla, y Jesús se esta colocando una camiseta de manga corta azul con unos dibujos en medio que nunca le había visto-Y eso que me sé cada foto de memoria-lleva unos pantalones negros y sus zapatillas blancas con una raya roja y otra azul de Hummel, las típicas. Él continúa con el pelo mojado, por lo que caen algunas gotas encima de su camiseta.

Daniel lleva una camiseta blanca de manga corta y unos pantalones azules acompañados de unas Vans azul celeste-Las cuales he visto cientos de veces en entrevistas, fotos y demás-La verdad, nosotras estamos sentadas en los bancos mientras los miramos sin decir nada. Bueno, Marta ahora mismo esta inspeccionando una caja que acaba de descubrir en el suelo llena de los collares que usan en los conciertos-El cual yo llevo en el cuello-Mietras ellos nos cuentan como esta mañana Daniel ha acabado lleno de chocolate. En realidad solo lo cuenta Jesús, porque su gemelo lo único que hace es mandarlo callar y taparse la cara de vergüenza.
Llaman a la puerta y Marta pega un saltito y vuelve a sentarse en el banco asustada.

–¿Quién?–Gritan y ni siquiera se dan cuenta que lo han echo a la vez.

–Yo.

Jesús coje el bote de colonia de encima de la mesa y se echa dos gotas. Se acerca a la puerta y la abre sonriente.

–¿Que haces con el pelo mojado?–Contesta una voz nada mas abrir, y creo intuir que es su madre–¡Mira tu hermano como si se seca!–Añade, señalando a su gemelo. Oímos como Jesús suspira y nos mira–¡Uy!–Salta su madre–No sabía que teníais compañía–La de un codazo a su hijo y este rueda los ojos–Sois las del escenario ¿Verdad?–Mi mejor amiga y yo asentimos–Encantada, soy..–Ríe un momento–Bueno, ya sabéis quien soy.

Río y me levanto para recibirla.
–Encantada, soy Raquel–Le doy dos besos.

–Yo Marta–Otros dos.

–¿Y que hacéis aquí?–Retiro la mirada hacia Jesús que nos esta mirando y su madre se gira para mirarlo.

Sinceramente ni yo sé que mierda hacemos aquí.

–Que cenan con nosotros–Suelta Jesús todo convencido y yo levanto una ceja–En...–Se pasa la mano por el pelo–¿Os gusta el Burger King?–Pregunta mirándonos a ambas. Marta asiente ilusionada y yo me encojo de hombros. No me agrada muchísimo, pero la comida esta buena...–Podemos ir a otro lado, si no–Se defiende al ver mi cara de duda.

–No, que sí me gusta.

Eva-La madre de los gemelos-Asiente.

–Tened cuidado, ya sabéis–Ambos asienten–Me llamáis y me decís la calle para ir a buscaros, os va a llevar Alberto..–Daniel le interrumpe con un '¿Por qué?' bastante brusco–Porque no podéis ir solos por ahí, os va a llevar y os deja allí, luego vamos nosotros a buscaros. Nos llamáis si pasa algo. ¿De acuerdo?–Pasa un minuto y Jesús nos mira y suspira–¿De acuerdo?–Eleva un poco la voz. Llevaban razón cuando decían que su madre gritaba.

–Que sí–Mueve la mano quitándole importancia y Eva nos mira a ambas.

–Cuidadmelos, eh–Rie y nos da dos besos a cada una.
Las dos asentimos y sale de la habitación.
Los he cuidado sin conocerlos, no los voy a cuidar ahora, pienso.

Salimos de la habitación y Jesús continúa con el pelo mojado, a pesar de lo que le ha dicho su madre. Alberto-El mánager-Nos recibe con una sonrisa y nos manda entrar en una furgoneta.

Estoy sentada al lado de Jesús, que intenta buscar mi mirada, pero yo estoy demasiado perdida en mis pensamientos mirando por la ventana-Que por cierto no se ve absolutamente nada porque es de cristal tintado-Sigo sin saber que mierda hacemos aquí.

¿Invitan a todas las que suben al escenario a cenar? Que va. ¿O somos las nuevas presas de Los Oviedo? Eso lo veo más claro. Que sea su fan no significa que sea gilipollas, aunque la mayoría lo sean.

–¿Te pasa algo?–Pregunta Jesús mirándome con ojos de cordero. Niego con la cabeza–Parece que sí.

–Ni siquiera me conoces–Digo brusca, y sé que le ha molestado porque aparta la vista rápidamente de mi–No quería decir eso...–Añado, pero hace un gesto de 'Da igual' pero sé que no-Que no, que no quería decir exactamente eso–Me mira y sonríe un poco.

–Que da igual, enserio–Dice casi convenciéndose más a si mismo que a mi–si llevarás razón.

Llegamos a los ocho minutos y los gemelos divisan un momento la zona. En el Burger hay poca gente, cosa que les alivia.

–Arriba hay solo dos mesas ocupadas–Canturrea Marta bajando las escaleras.

–¿Vamos arriba?–Pregunta Daniel mirando a su hermano.
¿Piensan dejarme sola pidiendo? Porque me muero de vergüenza.
Jesús niega.

–Yo me quedo, ahora subimos–Gracias ídolo, te quiero.

Su gemelo y mi mejor amiga suben las escaleras riendo por el 'Huevón' que le acaba de soltar a Jesús.
Este me mira y sonríe.

–Gracias por quedarte–Digo, porque tiene que saber que de verdad se lo agradezco.

–Te hubieras puesto demasiado nerviosa si tienes que pedir sola ¿Verdad?–Asiento y sonrío–Te conozco mejor de lo que piensas.

Me encojo de hombros y una chica llamada Mónica-O eso pone en su placa-Nos atiende sonriente-En realidad solo sonríe a Jesús, porque a mi solo me mira mal-.

Después de pedir los menús le giña el ojo a Jesús y este le sonríe. Puta. ¿Que coño? Si tendrá unos cuarenta años. Suspiro un instante y en fin, a saber con la infinidad de tías que ha estado este chico.

–Tranquila–Me roza la mejilla y me hace salir de mis pensamientos–Es muy mayor para mi–Y ríe a carcajadas mientras coje una de las bandejas con los menús.

Tu Sonrisa En Mis Pupilas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora