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Luego de cenar los chicos deciden que ya es hora de acostarse. Me meto en mi cama y no hago otra cosa que dar vueltas en ella. Resoplo y miro la hora en mi móvil. Son casi las 4:00 am y aún no consigo conciliar el sueño. Y encima hace una calor tremenda.

Me levanto refunfuñando y voy al baño. Mojo mi cara con agua fría y decido salir a tomar un poco el aire en la terraza. Abro la puerta corredera de cristal y me apoyo en la barandilla del balcón. Paso las dos manos por mi pelo y me giro hacia el balcón de Angie. Me sorprendo un poco al verla sentada en el suelo fumando.

— ¿Qué haces aquí? -me acerco a la barandilla que separa los dos balcones-.

— Tomar el aire -exhala el humo-. ¿Y tú?

— No puedo dormir -suspiro-.

— ¿Qué es lo que le quita el sueño al pequeño Mateo? -ríe levantándose. Trago saliva al ver que solo lleva unas bragas y una camiseta corta-.

— ¿Pequeño? -incrédulo-. Soy más alto que tú -me defiendo-.

— Pero yo soy mayor -sonríe de lado y se apoya en la barandilla quedando cerca de mi rostro. No puedo evitar mirar su escote. Mojo mis labios y aparto la mirada en seguida. Escucho su risa y se aparta-. Entonces, dime, coco -se burla y yo la miro con ojos entrecerrados-.

— ¿Vas a llamarme así siempre? -río-.

— Por supuesto -sonríe ampliamente-. Incluso voy a guardarte así en mis contactos -apoya sus codos en la barandilla con el móvil entre sus manos haciendo que el escote se le marque más-. Listo -me enseña la pantalla y veo como ha cambiado mi nombre por el de "Coco" junto a un emoticono de dicha fruta. Sonrío sintiendo algo de calor en mi estómago-.

— Y después dices que no estás enamorada de mí -bromeo y la oigo reír. Escribe unas cosas más en el móvil y muerdo mi labio inferior al fijarme de nuevo en su escote. Me doy cuenta de que no lleva sujetador. Trago duro-.

La noche es oscura y la única luz que nos ilumina es la de la luna llena y el móvil de Angie.

— Puedes tocarlas, ¿sabes? -la voz de Angie hace que devuelva la mirada a sus ojos-.

— ¿Q-qué? -digo nervioso. Ella sonríe de lado y suelta el móvil. Se acerca un poco más a mí haciendo que su camiseta baje más-.

— ¿Quieres tocarlas? -susurra en mi oído. La respiración se me acelera y se aparta de mí. Veo como poco a poco empieza a levantarse la camiseta. Abro los ojos como platos-.

— A-angie -nervioso intentando apartar la mirada de su estómago ahora descubierto. Os juro que estoy intentando no mirarla-.

— ¿Qué pasa? -dice con voz ronca. Dios mío. No hables así, te lo suplico-.

Angie se aleja de la barandilla para que así pueda ver su cuerpo completo. Paso la vista por sus piernas desnudas. Ella se da la vuelta y puedo apreciar su bien formado trasero. Dios, los pantalones me aprietan demasiado. Se gira de nuevo y subo la mirada para ver como se ha quitado la camiseta por completo. Tan solo la sostiene contra ella sin dejarme ver su pecho.

Se acerca a mi de nuevo mordiéndose el labio. Paso la lengua por los míos y trago con dificultad. Angie se quita la camiseta pero se tapa los pechos con su brazo restante.

— Angie... -más que una súplica ha parecido un gemido-.

— Bésame -susurra contra mis labios. Roza nuestros labios pero no da el paso-. Vamos, Matt -me mira directamente a los ojos. Noto un cierto brillo de diversión y lujuria en su mirada-. Matt -gime en mi oído-.

Cierro los ojos dándome una paliza mental por lo que estoy a punto de hacer.

Me separo de ella a la vez que paso una mano por el pelo.

Black Heart - [Matthew Espinosa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora