Black Heart - [Matthew Espinosa]

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— Hola -digo entre dientes saludando a David Dobrik, quien está con Lizza y Alex Ernst, supongo que haciendo uno de sus vlogs. Miro a Angie y veo que está rodando los ojos al ver que David la graba-.

— ¿Cómo estáis? -pregunta Lizza sonriente. Ella es una chica que, personalmente, me cae muy bien y me parece muy divertida-.

— Muy bien -respondo asintiendo-.

— ¿Qué tal tu brazo? -Lizza se acerca a Angie y las dos se ponen a conversar. David se acerca a mí y me enfoca con la cámara-.

— Matthew Espinosa, danos una exclusiva -dice como si fuera un paparazzi-. ¿Angie y tú estáis saliendo? -ríe. Yo intento no sonrojarme-.

— No -me encojo de hombros-.

— Veamos qué están comprando -David le da la cámara a Alex y se acerca al carrito-. Hm... Verdura, fruta, toallitas desmaquilladoras, compresas, tampones -ríe levantando cada cosa y enseñándosela a la cámara-.

— ¿Sabes lo que es la intimidad? -dice Angie entre dientes. David se gira hacia ella y sonríe-.

— ¿Quieres intimidad con Matt? -levanta las cejas rápidamente-.

— Lo que quiero es que nos dejes tranquilos -achina los ojos y los demás soltamos un 'uh' conjunto-.

— Qué ruda, grr -Angie rueda los ojos y sonríe de lado-.

— Tengo que comprar algo de maquillaje -avisa Lizza-.

— Y yo -le responde Angie-.

— ¿Vamos? -Angie asiente y todos empezamos a andar con ellas-.

Vamos hacia la sección de cosméticos. Nunca entenderé para qué sirven cada una de estas cosas.

— Debo comprarme otra paleta de Naked -¿una qué?-.

— Yo tengo una que no uso -Angie se encoje de hombros-. Es tuya si la quieres.

— ¿De verdad? -juraría que Lizza está a punto de llorar. Angie asiente mientras coje algunas cosas-. Muchísimas gracias -la abraza haciendo que Angie haga una pequeña mueca-.

— Necesito un pintalabios mate de Mac -comenta pintando el dorso de su mano con un pintalabios. David, Alex y yo nos miramos sin entender nada-.

— Dios, este es precioso -Lizza le enseña su mano a Angie, quien asiente estando de acuerdo-. Bueno, yo ya tengo lo que necesito. Deberíamos intercambiar números y quedamos alguna vez -ella asiente-.

— Claro. Pero he dejado mi móvil en el coche. Envíame un mensaje diciendo que eres tú -Lizza asiente y tiende el móvil hacia Angie-.

— Perfecto -abraza a Angie de nuevo y se acerca a nosotros para despedirse-.

— Nos vemos, Espinosa -se despide Alex-.

— Adiós, muñeca -le dice David a Angie guiñándole un ojo-.

— Adiós, tobillo -Angie le devuelve el guiño y se da la vuelta-. Tan solo me faltan unas cosas más -asiento sin decir nada-.

Angie empieza a empujar el carrito pero se detiene para acariciar su brazo a dolorido haciendo una mueca.

— Yo lo llevo -Angie asiente agradecida-.

Empezamos a caminar hacia la sección de aseo personal. Veo que coje algunas cosas que no sé que son, compresas, algunas cremas y bastantes desodorantes de barra de hombre. Frunzo el ceño.

— ¿Para qué los quieres? -digo confundido. Angie los mira sonriendo-.

— Ya lo verás -suelta una risa-.