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- Mierda -digo nervioso al ver a una de las gemelas junto al cristal-.

- Tranquilo, los cristales están tintados -dice colocándose de nuevo en el asiento-. Baja el cristal -asiento y le hago caso-.

- Hola -sonríe feliz cuando nos ve-.

- ¿Qué haces aquí, Noe? -pregunta Angie tranquila, no como yo, que soy un manojo de nervios-.

- He venido a buscar algo para comer. Mamá está en el coche -señala hacia la cola de coches detrás nuestro-.

Los tres nos quedamos en un silencio incómodo, o al menos por mi parte. Los coches de delante se empiezan a mover haciendo que Noe se despida de nosotros.

- Dios -suspiro aliviado cerrando el cristal-.

[...]

Sonrío viendo a Angie cocinando. El olor a bacon lleva llenando mis fosas nasales desde que me he levantado.

Muerdo mi labio inferior viendo sus piernas desnudas. Su cuerpo tan solo está tapado por mi camiseta. Me acerco a ella y la abrazo por la cintura.

- Buenos días -dice feliz. Yo tan solo beso su cuello con deseo-. ¿No te bastó lo de anoche? -ríe poniendo el bacon en un plato y apagando el fuego-.

- Contigo nunca tengo suficiente -la giro hacia mí y la beso-.

- El desayuno ya está hecho -dice entre besos-.

- Prefiero comerte a ti -aprieto su trasero haciendo que suelte un gemido-.

- Llevo toda la mañana cocinando, más te vale que te lo termines todo -advierte separándose de mí-.

Suelto una risa y los dos nos sentamos a comer.

Comemos entre risas y hablando de cosas triviales. Al acabar, recojo la mesa con rapidez y me quedo mirando a Angie con deseo.

- ¿Qué pasa? -ríe mirándome confundida-.

Paso mi mirada por su cuerpo y muerdo mi labio inferior. Angie sigue limpiando la mesa.

- ¿Qué pasa? -repite-. ¿Por qué me miras así? -ríe-.

La miro fijamente durante unos segundos donde tan solo se escucha a Burnie comiendo su comida.

- Quítate las bragas -sus ojos se abren como platos al escucharme-.

- ¿Q-qué? -susurra y sonrío de lado porque sé que esto le gusta tanto o más que a mí-.

- Que te quites las bragas -repito con tranquilidad-.

- ¿Por qué? -ríe nerviosa-.

- Quiero mi postre -noto como su respiración se acelera-.

- Nadie come postre después de desayunar -ríe-.

- Pues yo voy a hacerlo. Y con mucho gusto -lamo mis labios al ver como ella muerde el suyo-. Quítate las bragas -repito-.

Ella no dice nada pero lentamente se las quita casi haciéndome gemir. Las deja en el suelo al lado de sus pies.

- Siéntate en la mesa -miro como su suerpo camina hacia la mesa y se sienta en el borde con cuidado de que no se le vea nada-.

Sonrío y me acerco a ella. Me pongo delante de ella y acaricio sus muslos haciendo que su respiración se acelere. Mira mis manos atenta.

- Abre las piernas -susurro en su oído-.

Ella lo hace y yo me pongo entre ellas. Angie levanta su mirada hacia mí y yo aprovecho para besarla.

Angie gime en mi boca cuando mis pulgares casi tocan su feminidad. Llevo mis manos a su cintura y levanto su camiseta hasta hacerla desaparecer de su cuerpo. Me aparto un poco de ella admirando su belleza.

Black Heart - [Matthew Espinosa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora