Black Heart - [Matthew Espinosa]

27

Angie se aparta de mí y yo cojo un cojín y me tapo enseguida. Miro hacia la puerta horrorizado, la cual ha sido cerrada de golpe tras un "Dios mío" por parte de la persona que la ha abierto.

 Miro a Angie y empiezo a vestirme rápidamente. Tres golpes en la puerta interrumpen el silencio.

— ¿Puedo pasar? -un cierto alivio recorre mi cuerpo cuando escucho la voz de Jack Johnson. Pero eso no quita el bochorno por el que acabamos de pasar-.

Miro a Angie para asegurarme que está bien. Asiente y le devuelvo el gesto.

— Pasa, Jack -la puerta se abre y Jack entra con una sonrisa burlona-.

— Iba a preguntarte cómo estás pero veo que bien -cierra la puerta. Escucho la risa de Angie y yo me sonrojo-. No pasa nada. Es algo normal -le miro y le veo sonriendo de brazos cruzados-. En fin, ¿cómo estás? -se acerca a Angie y se sienta entre los dos-.

— Bien -se encoje de hombros-. Volví tarde de trabajar y me quedé sobada -dice sin importancia-.

¿Cómo puede decirlo tan tranquila?

— Veo que no te has roto nada -dice Jack burlón girándose hacia mí. Yo aparto la mirada y él ríe dando un golpe amistoso en mi espalda-.

— No, tan solo me he dado un golpe contra el volante -se toca el vendaje con una mueca-.

— Bueno, chicos. Gilinsky está esperando fuera -Jack se levanta y nosotros imitamos su acción-.

Salimos de mi habitación pero Angie entra corriendo de nuevo al baño supongo que a vomitar. Jack se gira confundido.

— Tranquilo, el médico ha dicho que es normal por el golpe de la cabeza -le explico y él asiente comprendiendo-.

— Hola, tío -Jack Gilinsky se levanta del sofá al verme-.

Nos abrazamos y damos unos golpes amistosos en la espalda del otro.

— ¿Cómo va eso? -digo al separarme de él-.

— Muy bien -sonríe y mira detrás de mí-. Angie, ¿cómo estás? -se acerca a ella y la abraza con cuidado-.

— Bien, gracias -sonríe levemente y se acerca a mí-.

Los cuatro nos sentamos en el sofá y Angie empieza a contar lo que le ha pasado en el accidente de forma resumida para luego pasar a hablar sobre el tour de los chicos, ya que ahora se han tomado un momento para venir a ver a Angie.

— Hola -mi padre aparece por la puerta de entrada-. Angie, ¿cómo estás? -se acerca a ella-.

— Bien -asiente-.

Puedo notar algo de molestia en su voz por tener que responder esa pregunta una y otra vez.

— Chicos -mi madre aparece en el salón y le sonríe a mi padre-. Hola, cariño -besa sus labios cortamente y dirige su mirada a nosotros nuevamente-. ¿Os quedáis a cenar? -les pregunta a los Jacks y ellos niegan con la cabeza-.

— No podemos -se disculpa Gilinsky-. Nos hemos escapado un momento para ver cómo estaba Angie pero tenemos que volver para seguir con el tour -explica-.

— Sí, de hecho nos tenemos que ir ya -Johnson se levanta seguido de Gilinsky-.

— Oh, bueno -mi madre hace una mueca comprensiva-.

— ¿Podéis dejarme en mi casa? -Angie se levanta y yo frunzo el ceño-.

— ¿No te quedas? -ella niega con la cabeza-.

— No. Es hora de volver a casa -asiente-.

— Cariño, sabes que puedes quedarte el tiempo que necesites -insiste mi madre-.