31

227 14 6
                                    

— La apuesta era que debía pedirle una cita. No es obligatorio tenerla -añado entre dientes-.

— Exacto -concuerda Angie y yo sonrío-. En fin, adiós -cuelga la llamada. Suelto una risa y ella me mira-. ¿De qué te ríes?

— ¿Por qué no quieres tener una cita con David? -levanto una ceja-.

— ¿Por qué debería? -ríe-. A parte, tiene novia. Y entre tú y yo, preferiría salir con Liza que con él -sonríe de lado y yo ruedo los ojos-.

— ¿Eres más de tíos o de tías? -pregunto curioso-.

— Pues no lo se -ríe-. Según como me de -se encoge de hombros-. ¿Y tú qué?

— ¿Yo? -río confundido-. A mí no me van los tíos -ella rueda los ojos-.

— Ya lo se, idiota -me da un golpe en el brazo-. Me refiero a que si ya has estado con más tías.

— Oh... em, claro -suelto una risa nerviosa-.

— ¿Ah, sí? -asiento-. ¿Cuándo?

— Ya sabes -muevo mi mano-. Hace dos días.

— Hace dos días era tu cumple y no te acostaste ni conmigo -dice obvia-.

Bravo, Matthew.

— Em... -piensa rápido, Mateo-.

— No me gusta que me mientan -dice lentamente-.

— ¿Vas a castigarme? -sonrío de lado y ella levanta una ceja-.

— No me va eso de dar azotes -sonríe-. Lo siento, señor Grey.

— Una pena, señorita Banner. Una pena -suspiro y ella ríe-.

— Hace demasiado calor -se queja recostándose en el sofá-.

— ¿Hablar de esto te da calor? -río-.

— No, idiota -vuelve a pegarme en el brazo y yo la miro mal-. Estamos como a veintiocho grados. En pleno julio y aún no he ido a la playa -se levanta su camiseta y la sube hasta dejar su estómago al aire libre-.

— Cierto -suspiro y acaricio a Burnie-. Podríamos ir mañana -propongo-.

— Sí... -sonrío-. Se lo diré a las chicas -claro, las chicas-.

— Sí, yo se lo diré a los Jacks -ella asiente-.

— ¡Casi lo olvido! -dice levantándose del sofá-.

— ¿Qué pasa? -digo confundido-.

— Espera aquí -asiento y ella se va de mi vista-.

Segundos después vuelve con una especie de cuadrado envuelto en papel de regalo. Me lo entrega y sonríe.

— ¿Y esto? -sonrío-.

— Se me olvidó dártelo -hago el amago de abrirlo pero ella me lo impide-. Espera -coge su móvil y me graba-. Ya puedes -ríe-.

Empiezo a desenvolverlo y me quedo asombrado al ver tal preciosidad. Es un cuadro de mí en blanco y negro. Es muy detallado y muy realista. Es precioso.

— ¿Lo has hecho tú? -ella asiente y ríe-. Dios mío. Es genial -sonrío ampliamente-. Muchísimas gracias -ella para de grabar-.

— Se que muchas fans siempre te hacen dibujos y debes tener un montón pero el otro día empecé a pintar y... -baja la mirada-. Empecé a pintarte a ti y, em... -se pone algo nerviosa y yo sonrío-. Eso. Que yo no pensaba pintarte -dice rápidamente-. Pero estaba inspirada y pues... -me acerco a ella y la beso callándola-.

Black Heart - [Matthew Espinosa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora