'Capítulo 8'

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—Mamá...
—¿Estás de broma, no? —Le pregunto con los ojos bien abiertos.
—Sé algo sobre ella.
—No, Ethan...Jennifer no es mi madre...-Grito levantándome del sillón. —No quiero saber NADA de ella, no es una madre quién te abandona a tu suerte, no tiene derecho a que la llamemos mamá.
—Chelsie, eras y sigues siendo muy pequeña, no sabes las cosas tal y como son.
—Que no, Ethan... No quiero saber absolutamente nada de ella.
Subo las escaleras corriendo y me meto en mi habitación, cerrando la puerta con el cerrojo.
Siento una pequeña traición por parte mi hermano.
Me tiro en mi cama e intento no soltar una lágrima que quiere escurrirse, tal y como lo hacía cuando aún tenía nueve años.
Cojo todo lo que tengo a mano y lo lanzo contra la pared. A mí nada me hace daño.
Esa mujer debería pagar por habernos abandonado... por haber abandonado a sus hijos de nueve y trece años, solos a su suerte.
Si no llega a ser por Ethan, yo hubiese muerto. De hambre, de frío o de gripe. Porque estaba sola, sin nadie que me protegiera.
Gracias a ella aprendí a sobrevivir y a valerme por mí misma. Ya no le tengo miedo a nada y todo por su culpa.
Yo debería ser una niña normal, una persona con miedos, pero no lo soy, y gracias a ella.
Pero sería mejor olvidarme de ella, como ella lo había hecho conmigo.
Ya se acabaron las noches pensando en qué hice mal, para que ahora Ethan venga con esto... No, no me van a hacer más daño.
Porque yo soy Chelsie Collins, soy fuerte, soy dura de pelar.
Sin darme cuenta de que he destrozado por completo mi cuarto, me levanto de mi cama y voy a buscar mi móvil, había olvidado que tenía algo que hacer.
Bajo las escaleras corriendo, evitando a Ethan que está en el salón con alguien.
Corro a la cocina a buscar mi móvil desesperadamente, juraría que lo había dejado encima de la encimera.
—¿Buscas esto? —Me pregunta el acompañante de Ethan, me giro para mirar quién era.
¿Qué demonios...
...hace Seth sentado en mi sillón hablando con mi hermano?
—Sí, buscaba eso. —Me acerco para quitárselo de la mano, pero lo agarra fuerte y no se lo puedo quitar.
—¿Qué gano yo haciendo lo que tú dices?
—Mi hermana dice que le des el móvil, y tu se lo das. —Le ordena Ethan, luego me mira a mí. —Contigo hablaré luego.
—Voy a subir a cambiarme, me voy con Alison a una fiesta. —Le informo.
—¿Tan tarde?
—Siempre salgo tarde.
—Thiago va contigo.
Asiento, no quiero discutir con Ethan.
Hago como que subo las escaleras, pero me agacho a escuchar a estos dos.
¿Acaso Ethan se ha enterado de lo nuestro?
No creo, ya lo habría matado.
¿Pero y si quería torturarlo?
Pongo la oreja y puedo escuchar algo.
—¿Quién es Thiago? —Le pregunta Seth a Ethan. Chismoso.
—Solo el guardaespaldas de Chelsie. ¿Por qué?
—No, por nada.
Sonrío. Seth está celoso. Aunque ... No tendría que estar celoso, él está con Katy.
Lo siguiente lo dicen en voz más baja, y puedo escuchar poco.

Mercancía. Cocaína. Coche de Seth. Compañero. Viaje.

¿Compañero? ¿Seth es socio de Ethan? ¿Mi acosador es socio de mi hermano? ¿Desde cuándo?
Subo corriendo a mi cuarto con mi móvil en la mano a asimilar lo que he escuchado.
Pero no, mejor no pensar.
Mejor irse de fiesta con Alison y que viva la vida.
Me meto en la ducha, y a los diez minutos ya me he duchado y tengo el pelo lavado. Salgo del cuarto de baño tapada con una toalla y cojo el móvil para llamar a Thiago.
—Hola, me voy con Alison pero Ethan no me deja salir si no vas conmigo. Vale, aquí en cuarenta y cinco minutos. —Y cuelgo, sin dejarlo decir nada.
Aún tapada con una toalla, me dirijo al armario a buscar algo.
—Ethan dice que... —Seth está en el marco de la puerta y no me he dado cuenta.
Y estoy solo en toalla.
Estoy en toalla... y Seth mirándome.
—¡FUERA DE AQUÍ BABOSO!!
Él ríe con su estúpida sonrisa perfecta y niega con la cabeza. Yo lo miro enfadada y él se gira para volver a la planta de abajo.
Seth me ha visto semidesnuda. Otro trauma para las memorias de Chelsie Collins.
A los veinte minutos ya estoy vestida con un short vaquero, una camiseta negra que deja mi ombligo al descubierto y unos tacones de sandalia negros.
Mi pelo no está seco, así que decido dejarlo al natural. Lacio, pero salvaje.
Me maquillo un poco, con una raya negra y un poco de rímel. Y mis labios granate nunca pueden fallar. Cojo un bolso y meto el móvil, las llaves y unos pañuelos. Pero necesito dinero. Aún faltan cinco minutos para que llegue Thiago y diez para que llegue Alison, así que bajo a pedirle algo de dinero a Ethan, con suerte, la cosa se habrá calmado un poco.
Bajo y está solo, sentado en el sillón.
—¿Ya se ha ido Seth? —Le pregunto.
—Se ha ido hace rato, creo que también irá a la fiesta. Le dije que subiera a avisarte.
—¿Avisarme de qué?
—Supuse que querrías algo de dinero para tu fiesta.
—Si. —Le digo cortante.
—Venga, quita esa cara de perro. —Se acerca a abrazarme. —Sé que estás así por lo de antes, no te preocupes, si no quieres saber nada, es tu decisión y la respeto. Sabrás que cuando quieras saber algo, solo pregúntame. Pero no te enfades conmigo, sabes que no puedes pequeña.
Su sonrisa de egocéntrico me hace reír y también lo abrazo. Busca en su bolsillo y me da algo de dinero que guardo en mi bolso.
—Gracias hermano.
—Y ten cuidado luego, porque como vuelva a enterarme de algo sobre Seth y tú, tendré que matarlos a los dos.
Ups.
Silencio incómodo. Dios chocolate, sálvame.
Tocan al timbre, gracias, señor.
Abro y es Thiago, está guapísimo. Vaquero y camisa de cuadros roja. La verdad, para tener veintiséis años, no está nada mal. Cierro la puerta sin mirar a Ethan, estoy incómoda.
—Mejor esperamos a Alison aquí fuera. —Me mira raro. —Ethan sabe algo de Seth y yo. ¿No serías tú el que...?
—¿Cómo piensas así de mí? Ethan me ordenó protegerte, no ser su chivato.
Río y le golpeo el hombro. Alison llega y subimos al coche.
Al llegar al descampado y bajar del coche me fijo en Alison.
¡Lleva los mismos pantalones que yo!
Hoy me sale todo mal.
Mientras Alison habla con una gente que yo no conozco, me quedo con Thiago hablando sobre cosas sin sentido. Me río mucho con él.
Pero alguien me coge el brazo y al girarme, veo a un Seth un poco... borracho.
—Tu y yo vamos a hablar, ya. —Me dice, tirando de mi brazo.
—No tengo nada que hablar contigo.
—He dicho que vamos a hablar. —Me agarra más fuerte y hago una mueca de dolor.
—Mira chico... —Le dice Thiago, agarrándole de la camisa, haciendo que todo el mundo fije su atención en nosotros. —Si Chelsie te dice que la sueltes, tu te callas y la sueltas, ella no tiene nada que hablar contigo.
Seth intenta soltarse del agarre de Thiago, pero le es inútil.
—Y que conste que estoy siendo bueno, porque si Ethan se entera de esto te partiría los huesos.
Lo levanta y lo tira al suelo, para después cogerme de la cintura y depositar un beso en mi cabeza.
Mañana todo el mundo hablará de esto.
Abrazo a Thiago y le agradezco por ayudarme, nose lo que pasaría a veces si él no estuviera.
Pasa un rato y al darme cuenta que estoy sola, pienso... ¿Dónde se ha metido Thiago? ¿y Alison?

Imagen mental. Trauma.
Cojo el móvil y le envió un mensaje a Thiago.

Desconocido: ¿Dónde os habéis metido?

Debería cambiarle ya el nombre.
Ve mi mensaje, pero me deja en visto.
Nadie nunca me deja en visto.
Me las pagará.
A los cinco minutos aparecen Alison y Thiago.
—¿¡Dónde estábais!? —Les grito.
—Eh, calma, solo fuimos a por hielo. —Dice Alison, y corre a abrazarme. La evito.
—Creo que deberíamos volver a casa ya. —Me dice Thiago y nos dirigimos al coche de Alison.


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#TeamEthan

#TeamSeth

#TeamThiago

Y en multimedia, Chelsie y Alison.

EN PELIGRO (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora