'Capítulo 27'

295 17 0
                                    

De nuevo despierto en un umbral de oscuridad con una luz débil que puede entrar bajo esa puerta estropeada de madera sucia.
Cinco malditos días han pasado atrapada en aquel edificio abandonado repleto de suciedad e insectos por el aire.

No tengo ni una pista de Ethan ni de Seth, supongo que ellos me han abandonado definitivamente.

El olor a muchedumbre y a musgo está esparcido por todo el ambiente y mi sentido del olfato ya se ha acostumbrado débilmente a él. Esta noche he conseguido dormir algo, un par de horas quizás.

La poca comida ingerida está empezando a dejar marca en mi organismo, estoy debilitada y sin fuerzas siquiera para levantarme de este frío suelo.

Se escucha la puerta de mi habitación tenebrosa, alguien intenta entrar. Una sombra entra al cuarto junto con mi miedo de ser golpeada de nuevo, pero se desvanece en pequeña cantidad al ver a mi ex amigo Thiago.

—Veo que has despertado. —Intenta tocarme la cara cínicamente, quiero... Necesito  impedírselo pero estoy demasiado débil.

—¿Que quieres, Thiago?

—Es una pena que me rechazaras... No quisiste ser mía, pues ahora no vas a ser de nadie.

Un gemido ahogado sale de mi garganta al intentar aguantar una lágrima. Pero mi orgullo es más fuerte y finalmente logro que no salga.

—No vayas a llorar preciosa... No te va a servir de nada.

Sale del cuarto como había entrado, rápida y silenciosamente, dejándome sin una palabra en la boca. Mi decepción por él está creciendo poco a poco. El había sido mi amigo. Y al recordar todo con él, un escozor llega a mi pecho.

Perdonamos, olvidamos, a veces nos aferramos y eso es peligroso... Apegarnos a quien no nos ama, solo hace daño.

Entre sus brazos siempre me había sentido a salvo de cualquier peligro. Lo que no sabía era que de quien no estaba a salvo era de él.

Poco después de la repentina visita de Thiago y sus recuerdos en mi memoria, mi único apoyo aparece por la puerta.

—¿Como estas?

—Algo mejor. He conseguido dormir algo.

—Me alegro por ti.

Pero no consigo animarme con sus palabras, solo sonrío tristemente como respuesta. Kiliam asiente, comprendiendo el motivo de mi semblante. Suelta aire, mostrando su cansancio por la situación, y por fin se digna a decir algo.

—No hagas ruido.

Sin entender palabra alguna, cojo la mano que Kiliam me tiende y salimos corriendo en silencio por una escalera de emergencia que hay tras una ventana.
Todos los alrededores son desconocidos para mí. Saltamos por un escalón poco elevado, y caigo al suelo. Mi ropa se ensucia y creo que me he hecho daño en una rodilla, ya que en pocos segundos empieza a sangrar a causa del golpe.
De repente me hace un gesto y empezamos a correr a la parte de atrás, donde están todos los coches y las motos.

—Kiliam no tienes por qué arriesgarte...

—Claro que tengo que hacerlo. Aunque sea lo último que haga. Se lo debo a Jennifer. —Lo miro con expresión de no entender nada y añade: — Vamos, sube al coche y te cuento tranquilamente.

Hago caso a lo que me dice y subo al asiento del copiloto de un BMW de color gris.

El miedo inunda mis venas y mis arterias, haciéndome difícil respirar.

—Te lo voy a contar, quizás no me creas pero no importa...

—¿Que pasa Kiliam?

—Jennifer es mi hermana.

EN PELIGRO (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora