'Capítulo 15'

416 20 3
                                    

CHELSIE

Todo está oscuro, un olor espeso a humedad inunda mis fosas nasales.
Mi cara está mojada, no sé si por el sudor, o la humedad o las lágrimas que mis ojos no podrán contener por mucho tiempo.
Me encuentro en una habitación oscura, con un colchón sucio en el suelo, sin sábanas ni somier. Me doy cuenta de que no hay ventanas, no entra luz por ningún lado, por eso todo es oscuro.
El techo no se ve muy limpio y pintado, se puede oler el polvo en el aire y algunas telarañas se cuelgan en mi pelo, también ligeramente mojado.

Solo llevo la camiseta de Seth, pues la llevaba puesta cuando estaba en el río.
Pero está polvorienta y un poco rasgada parece ser por golpes.
El suelo es de madera, pero cruje con cada movimiento, temo que se rompa.
Un pequeño dolor constante se ha alojado en mi cabeza como una punzada. Respiro con dificultad, pues el aire no llega a... este lugar.

No sé dónde estoy, ni por qué estoy aquí. Mis brazos están repletos de cortes y de golpes color púrpura.
Mis piernas duelen, también tienen signos de golpes fuertes que mi cabeza no puede recordar.
Mis zapatillas están tiradas en el sucio suelo, pero mis brazos no tienen la fuerza para acercarse a recogerlas.
Una débil luz se cuela por el filo de abajo de la puerta, una puerta de color metálico, como de acero. Mi cabeza pesa y el sudor de mi frente me hace encogerme de frío. Frío y miedo. Todo mi cuerpo tiembla, me hace moverme entera.

Se escucha una conversación al otro lado de la puerta, pero el increíble dolor físico de mis articulaciones no me permite acercarme a escuchar lo que hablan dos hombres. Se acercan pasos de manera decidida hasta la habitación, haciéndome encogerme.
Los pasos se hacen más ruidosos y la puerta metálica suena, mientras yo me estremezco. Un hombre alto y con unos músculos marcados en su camisa abre la puerta haciendo retumbar el ruido en toda la estancia. Se acerca a mí y puedo distinguir su aspecto bien cuidado.
Una piel clara con su largo pelo negro y sus ojos azul cielo, me hacen recordar a mi hermano Ethan y me acuerdo de él.
—¿Robert...? —Pregunto.
—Exacto... Ese soy yo, pequeñaja. —Acerca una de sus sucias manos a mi cara, pero obviamente no se lo permito. —Podemos hacerlo por las buenas o por las malas.
—¿Quién eres tú?
—Chelsie... Yo soy tu hermano.
—Yo solo tengo un hermano y se llama Ethan.
—Creo que aún eres demasiado pequeña y estúpida para saberlo todo. —Cierra la pesada puerta y enciende un flexo que hay cerca del sucio colchón. —Ethan solo es un envidioso. Yo soy tu hermano, hijo de Darrell Collins. Jennifer no es la verdadera madre de Ethan, él fué un hijo bastardo de Darrell y solo te engaña, no es tu hermano. Yo sí lo soy pero siempre ha intentado separarte de mí. Papá nunca lo quiso y no tuvo una madre... Él vivía con Jennifer por papá. Y ahora, por fin he conseguido encontrarte.
—¿Cómo creerte?
—Solo mira. —Se levanta el lado derecho de su camiseta, enseñando una pequeña mancha de nacimiento de forma indefinida y yo lo miro sin comprender nada. —Lo heredé de papá. Mira la tuya.
Levanto la camiseta por el mismo sitio y exactamente, tengo la misma marca que Robert. Oh, demonios, ¿y si todo es verdad? Mi hermano Ethan es un farsante... ¿Me estará buscando?
¿Mi vida está realmente junto a Robert? ¿Y por qué mamá no me dijo nada? Necesito resolver tantas preguntas...
—¿Y tú dónde estabas mientras? —Le pregunto a Robert al borde de un ataque de ansiedad.
—Con una familia de acogida. Jennifer y Darrell eran muy jóvenes cuando yo nací, por lo que me dieron en adopción. Llevo toda mi vida buscándote.
—¿Todo esto...Es real?
—Si cariño, y no me gustaría hacerte daño... Así que tienes que hacerme caso para que podamos volver a ser felices...
—¡No! Yo quiero irme con Ethan, no te creo, llévame a mi casa. —La palma de su mano impacta en mi cara haciendo que un picor y una sensación de rabia suba por mi cuerpo. Mi boca tiene un sabor metálico y le escupo en la cara. Parece no inmutarse, solo se limpia con la mano.
—Si quieres que Ethan esté a salvo, solo obedece o las pagarás. —Le devuelvo el golpe y sonríe cínicamente. —Kilian, ven, toda tuya.
Se va después de escupir cerca de mí y entra un hombre de la edad de Ethan, con barba de tres días y unos ojos negros como el carbón. Pone la mano en mi tatuaje del hombro lamiéndose los labios de una manera asquerosa. Sus brazos marcados en su camisa me recuerdan al imbécil de Seth.
¿Se habrá dado cuenta de que desaparecí? ¿Tanto le importo para ni siquiera buscarme?
Trago saliva al recordar todo lo vivido con Seth esa noche. Él solo me ha utilizado, me ha dejado por los suelos. Lo ha hecho conmigo para olvidarme y olvidarse de que ha sido el primero.

Kilian cierra la puerta metálica y se acerca a mí casi babeando.
—Hijo de puta, no se te ocurra tocarme o Ethan te matará.
—Shh, cállate estúpida, no te voy a hacer nada.
Lo miro extrañado, no sé si debía confiar en él. No sé en quién confiar.
—Sólo trabajo para Robert porque me paga una cantidad de dinero que me permite vivir, pero no soy como él. ¿Sabes? Conozco a tu madre.
—¿Pero quién eres tú también y de qué conoces a mi madre?
—No me mires así, fiera. Sí, conocí a Jennifer, es una bella persona. Lástima que acabó con un tipo como Darrell. También te recuerdo cuando eras pequeña, eras tan tierna...
—Mira Kilian o como te llames. No sé quién eres, no te conozco, solo quiero volver a casa.
—Te ayudaré. Pero ni una palabra a Robert.

SETH
Sigo llorando como un bebé en la maldita casa de campo, tres dias y Chelsie no aparece. Ethan no me deja ir con él a buscarla, y eso me está matando.
Mi vida en esos tres días se resume en llorar en brazos de Helena y no comer nada.
Después de todo... ¿Qué estará pensando de mí?
Quiero buscarla, tenerla en mis brazos, besarla como nunca y no dejarla ir.
¿Desde cuando digo yo estas palabras tan gays?

Creo que echo de menos sus palabras, sus gritos cuando se despierta, su pelo desordenado al despertar y su sarcasmo cuando está de mal humor.
No quiero imaginarme lo que ese imbécil de Robert le está haciendo o lo que le está contando.
Pero decido que voy a buscarla, yo solo si hace falta, y mataré al que le haya hecho daño. Porque la culpa me está matando por dentro.

No la quiero como pareja, no la amo como un novio ama a su novia, pero todo esto ha sido mi culpa. Ya está bien de llorar Seth, no tienes que llorar por ella.

Yo soy un tío de piedra. Por ninguna chica he estado así y ella no va a ser la excepción. Yo la estaba cuidando por órdenes y yo lo hice mal.
No debería haber tocado a la hermana de Ethan, pero mis instintos me fallaron.
Me acosté con ella y encima se perdió por mi culpa.
¿Por qué seguía pensando en ella?

Seth Rush no piensa en nadie.
Seth Rush en un chico sin sentimientos, no conoce el amor y nadie lo va a hacer cambiar de opinión. Ni siquiera esta niñata problemática.
Mi corazón es de piedra y Chelsie no lo va a ablandar.
Nunca me he enamorado y no lo voy a hacer ahora. Y Chelsie piensa lo mismo, no nacimos para estar juntos.
Lo que pasó... pasó, pero nada más. Esto es mi vida. Chicas. Chicas diferentes.
Voy a buscarla porque mi trabajo es protegerla y me juego mi dinero por ella.
Mataría si hacía falta por no perder mi trabajo y por no volver a decepcionar a Ethan. Pero nada de sentimientos.

No quiero a Chelsie y ella no me quiere a mí. Pero voy a buscarla.


[Robert en multimedia]

EN PELIGRO (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora