'Capítulo 3'

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Lunes, despertar temprano y volver al instituto, volver a sentarse en esa silla que te deja el culo cuadrado.
Pienso que mi despertador está enamorado de mí y tiene celos de mí y de mi cama por la estupenda relación que tenemos, así que acaba de empezar a sonar como un poseso.
Lo lanzo a la pared, haciéndolo saltar en veinte pedazos.

Toma, verás como así no me vuelves a despertar.

Y vuelvo a taparme hasta la cabeza con las sábanas.
Cama, mi amor, nadie volverá a interrumpir nuestra relación, te quiero.
Pero Ethan parece estar despierto, pues viene corriendo al escuchar el golpe con el despertador y me quita las sábanas de encima.
-Estúpido, déjame dormir.
Tira las sábanas al suelo, y mientras gruño, me coge de las piernas y me lleva al salón boca abajo, con mi pelo limpio arrastrando por el suelo.
Al menos el desayuno está hecho y encima de la mesa.
-¿Qué me vas a pedir a cambio de esto? -Frunzo el ceño intentando descifrarlo
-Nada, solo quiero decirte que voy a hacer un viaje. En tres horas salgo de aquí.

-¿Y?
-Pues que este será un poco más largo, hasta dentro de un mes no volveré.
-Estúpido hijo de fruta, no estás pensando dejarme sola tanto tiempo. -Me enfado realmente con él, yo no podría cuidar de mí misma tanto tiempo.
-Chels, sube a ducharte, que llegas tarde al colegio.

Sin más remedio obedezco sin decir palabra.
Me meto en la ducha y me visto con un vestido largo y ajustado de color gris.
Mientras cepillo mi pelo pienso en Ethan.
¿Va a dejarme por un mes?
La vena de mi frente se hincha, y de nada ayuda recordarlo a los quince años, cuando yo solo tenía once.

Flashback: -¿Dónde has ido Ethan? -Le pregunté.
-Solo fuí a buscar algo para cenar, no he conseguido mucho pero al menos no dormirás hoy con el estómago vacío.
Mi hermano me extendió un trozo de pan untado de mantequilla
-¿Tu no comes nada Et? -Le dije al ver que solo había un trozo de pan y me lo había dado a mí.
-Yo no tengo hambre, pequeña. -Me acarició la cabeza y pude ver sus ojos llenos de tristeza.

Y entonces me dí cuenta que estaba mintiendo, sí tenía hambre, pero todo lo que conseguía me lo daba a mí, aunque él se quedara sin nada. Fin del Flashback.

Levanto la mirada y veo a mi hermano en el marco de la puerta con el ceño ligeramente fruncido.
-Joder, no seas polémica, un mes no es tanto tiempo.
-Pero... ¿Qué voy a hacer sola tanto tiempo?
-Pequeña, no te preocupes, tengo gente que cuidará de tí. Y quita esa cara, ¿acaso estás con el período? -Río.
Me acaricia la cabeza y me mira tiernamente, amor es poco para decir lo que siento por mi hermano.
-Vas a llegar tarde. -Me advierte.
-Al menos dime dónde vas.
-Te lo diré cuando llegue. No montes fiestas en casa.
-Promete que me traerás un recuerdo.
-Lo prometo.
Me abraza por la cintura muy fuerte y me besa la cabeza. Me va a ser muy difícil no tener que aguantar su nube de olor exagerado a colonia.
Vuelvo a despedirme de él y me voy a la parada del autobús.
Está lloviendo ligeramente y encima, al autobús le faltan diez minutos para llegar.
Creo que va a ser un día de mierda.
Cuando llego al colegio, hay gente por los pasillos, por lo que veo que no he llegado muy tarde.
Corro a mi taquilla, y allí está Alison, como cada mañana. Su taquilla está casi al lado de la mía, con otra en medio.
-¿Qué te pasa?
-Ethan...
-¿Otra vez de viaje?
Asiento. ¿Cuándo he dejado que me conozca tanto?

Cogemos las cosas para nuestra primera clase, lengua. Entonces viene alguien.
La taquilla que nos separa a mí y a Alison pertenece a Seth, el chico más viejo de la escuela, ha repetido incluso más veces que yo.
Es un chico moreno de piel con el pelo castaño y los ojos grandes y negros, alto. Mi prototipo de chico perfecto, aunque nunca saldría con ningún chico.
Son seres raros y malvados.
Se acerca a coger algo de su taquilla mientras Alison se lo come con los ojos, pero él está ocupado guiñandole un ojo a una morena con tetas de silicona.
La morena ríe y se va, Seth me mira.
-Buenos dias Collins. Te ves bien con ese vestido tan...
-Ni lo intentes, Seth Rush. No saldría contigo ni aunque fueras el mismísimo Maluma con una cuenta bancaria llena de lingotes de oro. -Le interrumpo.
-Me gustan difíciles. Nos vemos en clase de lengua.

Se despide con la mirada.
¿Qué ha sido eso?
Con Alison nos dirigimos a la clase, la profesora ya estará pasando lista.
Ambas nos vamos a las últimas mesas de la clase, que eran las que quedaban libres. Entonces me doy cuenta que Seth se sienta justo delante de mí.

A la mitad de la clase, cuando ya casi he pillado el sueño, algo me despierta
Y no es Alison como siempre para joderme, sino una bola de papel voladora que me ha dado en la cabeza.

¡Maldito sea el inútil que me haya despertado!
Agarro el papel dispuesta a tirarlo al azar para darle a alguien, pero veo que hay algo escrito y lo abro con cuidado de no hacer ruido.
Oh, me lo imaginaba.
Es un número de teléfono, con el nombre de Seth seguido de un corazón.
Creo que Seth no va a dejarme tranquila en un rato.
-¡Estúpido! ¡Métete tu maldito papel por donde te quepa!
Todo el mundo se queda mirándome. Dios mío, lo he dicho más alto de la cuenta.
Echo un vistazo al acosador, que me mira con una sonrisa.
Oh, niño estúpido con la sonrisa preciosa...
-Señorita Collins, ya es suficiente, vaya al aula de castigo. -Me indica la profesora, hablándome como si fuera una niña pequeña.
-¡Venga ya, al final le van a poner mi nombre! -Grito.
Todos ríen ante mi gracia, siempre lo hacen. No es que sea la graciosa de mi clase, más bien es que realmente hago gracia. Tengo que ser siempre la que destaca, mi mecanismo de defensa siempre sale a relucir en cualquier situación.

La profesora empieza a ponerse roja de rabia y todos me miran a esperar que diga algo gracioso, pero esta vez se van a joder porque estoy de mal humor.
-¿Qué miráis, acaso soy un payaso que tiene que haceros reir?
Entonces todo el mundo se pone serio, salgo de clase y, dando un portazo, me dirijo al aula de castigo.
Al sonar el timbre que anuncia el final de las clases, salgo corriendo a mi taquilla a guardarlo todo y esperar a Alison.
Pero ella no es la primera que aparece.

Maldito acosador.

-Collins, te has dejado esto en clase. -Me dice dándome el papel arrugado. El mismo papel donde ponía su número.
Cojo el papel dispuesta a romperlo y tirarle los trozos a la cara, pero pienso un momento.
¿Seth quiere jugar? Pues jugaremos.
-Perfecto, luego te llamo. -Me doy la vuelta elegantemente mientras guardo el papel en mi bolso.

EN PELIGRO (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora