'Capítulo 13'

468 20 1
                                        

Dos semanas han pasado desde que llevo sola con Seth en esta casa. Si, dos semanas, catorce días con sus catorce noches.
Efectivamente, Thiago viene cada día a ver como va todo, y creo que sabe algo de lo que me pasó con Seth, pues no lo mira muy bien.

Aunque Thiago sabe todo lo que pasó antes, cuando Ethan estaba de viaje a no sé dónde, él era el único que sabía todo lo que pasaba con él, junto con Alison. Y Alison... de ella aún no sé nada. Ethan le ha dicho que estoy en casa de unos primos o algo de eso. Tampoco ha querido entrar en detalles.

Con Seth hemos estado evitandonos, no he podido evitar recordar cada día esas palabras.

Conseguiré que seas mía tarde o temprano, Collins.

Desde entonces, nuestra comunicación ha desaparecido, me siento incómoda cuando lo miro y sé sus intenciones.
Cada día que no llueve, voy al río y me doy un baño, algunos de mis pensamientos los olvido allí.
Después de literalmente, arrancarme mi teléfono móvil de las manos, Seth me ha dejado hablar con el suyo varias veces con Ethan, aún no quiere contarme nada de porqué estoy aquí, pero lo he escuchado hablar con Seth acerca de algún tipo llamado Robert, un nombre bastante feo para mi parecer.

Él me hace creer que todo está bien, que Ethan está en casa solo esperando, pero sé que todo eso es mentira. Ya no soy la niña a la que todo el mundo engañaba, ya tengo diecisiete años, lo entiendo todo. Sé que Ethan está peleando con alguien y que no me dejan irme por lo mismo. Porque corro peligro, porque alguien quiere hacerme daño, pero ¿Quién? ¿Y por qué ahora?

No puedo evitar tener momentos de furia espontánea y romper cualquier cosa que encuentro a mi paso.
Pero no puedo rendirme pase lo que pase, aunque no lo sé... pero me voy a enterar. Yo solo quiero que todo vuelva a la normalidad, quiero volver a casa con mi hermano, salir de fiesta con mi mejor amiga y reírme de todo el mundo, tal y como era mi vida un mes atrás.
—Buenos días señorita.
—Ah, Helena, no te ví entrar. ¿Cómo estás? —En el poco tiempo que he estado aquí, he conocido bien a Helena y la verdad, es con la única que suelo hablar, ella siempre me apoya en todo, yo siempre deseé tener una madre como ella... aunque la tuve...
—Pues hoy estoy bien descansada y con ganas de ponerme a trabajar.
Río y la acompaño a la cocina que está hecha un asco. La ayudo a limpiarla mientras hablamos un poco.
—¿Y cómo estáis Seth y tú? Veo que os habéis distanciado un poco...
—Que lo rechacé y está despechado. —Digo con aires de superioridad. Aunque realmente, echo de menos lo que éramos.
—Ups... Lo siento. Yo pensé que ustedes dos eran pareja.
—Pues no, Helena. Nos odiamos mutuamente. Yo creía que podíamos ser amigos o algo, pero al señorito no le basta. Se ha distanciado desde que lo rechacé cuando casi nos acostamos. —No siento vergüenza de contarle esto a Helena, pues sé que me puede ayudar dándome alguno de sus consejos y también sé que cuando acabe con todo, no volveré a verla más.
—Mi niña... —Me acaricia la cabeza.— Sé que él te quiere.
—¿¡Cómo?!
—La manera en que te mira, como se pone cuando te habla, su brillo en los ojos cuando dice tu nombre le delatan. Sé más o menos como es Seth y sé que hará todo lo que esté en su mano para conquistarte.
—Muy bonito todo pero... lo único que yo quiero es terminar toda esta movida y volver a casa con mi hermano.
—Todo esto pasará pronto, volverás a tu casa y a tu vida, pero Seth seguirá queriéndote.
Suspiro y voy a mi habitación a pasar el rato.
Pues no tengo nada que hacer, el culo del mundo no es muy buen lugar si lo que quieres es divertirte. No hay internet, ni gente, ni nada.
Empiezo a contar las tiras de madera de todo el suelo de la habitación, creo que si no salgo de aquí rápido, me volveré loca.
Escucho un golpe en la habitación de al lado, en la habitación de Seth.
Como las paredes parecen de papel, pongo la oreja y puedo escuchar algo.
—Joder Ethan, me estás fastidiando. —Silencio. Otro golpe de Seth. Más silencio. —Perfecto, pero a ella ni una palabra. —Silencio. —No dejaré que le hagan daño.
Cuelga el teléfono y lo lanza contra la pared, haciéndolo saltar en mil pedazos. Perfecto Seth, ya llevas dos móviles rotos desde que estamos aquí.
Mi vello se pone de punta. Pero confío en Seth y en que él podrá protegerme.

Salgo de la habitación, dispuesta a hablar con él, no podemos vivir a gusto si no nos miramos a la cara. Toco a la puerta y juraría haber escuchado un gemido de frustración.
—Adelante. —Y abro la puerta, cerrando detrás de mí.
—Sin rodeos, tú y yo deberíamos volver a hablarnos.

—¿Acaso no nos hablábamos?
—No somos niños pequeños, Seth. Sabes muy bien que estás tirante conmigo desde... ya sabes.
—Para nada.
—¿Sabes que? Que esto que estoy haciendo no vale nada... —Cuando estoy dispuesta a irme orgullosamente, me agarra del brazo.
Me agarra del brazo acercándome a él y coge mi barbilla para besarme en los labios delicadamente. El roce de sus labios con los míos quema, los latidos de mi corazón se aceleran, como los de una niña que da su primer beso a la persona que ama.
Lo hace de una manera tímida, como si también fuese su primer beso.
Seguro que no es su primer beso, pero sí su primer sentimiento.
Su primer sentimiento sincero, al igual que el mío.

Mientras que mi cabeza pone varias barreras en contra de esto y me dice que esa diferencia de cinco años de edad y su experiencia con mujeres no hacen esto fiable, mi cuerpo no reacción a sus órdenes y cae rendido ante sus encantos.

Sus manos se posan delicadamente sobre mi cintura, y las mías en su pecho desnudo que descubre sus latidos desenfrenados.
La temperatura comienza a subir entre nosotros y siento lo mismo de la otra vez en el sillón.

1ª ley de lo cliché: En cualquier película, la chica mala solo está para hacerlo con el chico malo, porque él siempre acaba con la nerd.
Pero esta vez parecía diferente. Chelsie, la chica mala de está película aún no lo ha hecho con nadie.
2ª ley de lo cliché: El chico malo busca a la nerd y terminan haciendo el amor, la primera vez para ella.
Pero en este caso no es la primera vez de la nerd, sino de la chica mala.
3ª ley de lo cliché: La chica mala no siente nada, solo es sexo.

Esta chica mala sí tiene sentimientos, por muy profundos que sean.

Sigo debatiendo si esto es lo que quiero hacer o no, y si me arrepentiré de esto. Sé que quiero hacerlo, pero llevo mucho tiempo construyendo esta coraza para romperla así de fácil. No quiero caer rendida ante nadie, mi mecanismo de defensa no me lo permite. Joder, debo ser una chica ruda.

Entro en contradicción cuando su cuerpo está bajo el mío y siento su respiración agitada, con un punto de nerviosismo.
Mis piernas han comenzado a temblar, pero no por el frío que se ha acumulado en la habitación, más bien por el miedo de lo que va a pasar en esa habitación y lo peor de todo, mi conciencia que ya ha dado por sentado que pasará.
La ropa empieza a volar por el aire pieza por pieza aterrizando en el sucio suelo de madera húmeda y mis mejillas comienzan a ponerse rojas.

Sus manos recorren cada superficie que queda al descubierto y no puedo resistir la tentación de devolverle cada caricia. Sus cálidos labios pasan de mi boca a mi mejilla y bajan a mi cuello de manera sucesiva y creo que me gusta. Con cada roce mi cuerpo experimenta una sensación extraña y difícil de describir con palabras existentes, pero no pongo resistencia e imito sus acciones. Esta vez soy yo la que estoy debajo de él y el calor que desprende su cuerpo sobre mí es apasionante y me hace perder la cabeza. Ya no queda nada de ropa en nuestros cuerpos y el contacto entre ellos me agita y mis pulsaciones están por todo lo alto, siento una dulzura inexplicable en mi zona íntima, creo que estoy a punto de estallar.

Más decidido que nunca, Seth me hace una propuesta difícil de responder en todos los sentidos.
—Por favor, te necesito.
No necesito más palabras para entenderle, muerdo mi labio inferior y asiento con la cabeza, dándole paso a hacer lo que ambos estábamos esperando.


◇◆◇◆◇◆◇

Holaa, aquí el nuevo capítulo ツ

Gracias por leer y no olvidéis dar a la estrellita de abajo ☆

EN PELIGRO (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora