'Capítulo 33'

268 13 0
                                        

Me encuentro sentada con Ethan, comiendo tostadas de mantequilla hechas por Helena. Saben bien.
Darry y Smith están junto a la puerta principal de pie.

—Ts... Ethan... —Susurro y él acerca su oído. —¿Por qué no se sientan,  ni comen, ni nada?

—Su trabajo no es estar sentados, sino estar alerta.

—Llevamos una semana aquí y no ha pasado nada. Además, dan un poco de mal rollo ahí, callados.

—No creo que sus temas de conversación sean compatibles contigo.

—¿Me estás diciendo tonta?

—No, solo... Pequeña.

¿Pequeña?

Recojo la mesa un poco y voy a prepararme, por fin Ethan ha decidido ir a ver a Seth un rato, pues llevamos días sin verlo y no hemos recibido ninguna novedad.
Cuando me lavo, me visto y todo, Ethan ya está listo para ponernos en marcha. Ambos nos subimos en la parte trasera de un coche negro. ¿Otro coche?
En los asientos delanteros, Smith conduce y Darry es el copiloto.

Tardamos poco en llegar al hospital, en el que entramos silenciosamente sin llamar mucho la atención, pese a los dos hombres musculosos que andan tras nosotros. La recepcionista me da una mala mirada, que claramente se convierte en coqueta al mirar a mi hermano mayor.
Pongo los ojos en blanco, siempre que voy a cualquier sitio con Ethan, pasa lo mismo.

—¿Seth Rush? —Pregunto y me vuelve a mirar con asco, seguro que piensa que soy la novia de Ethan, como siempre. La señorita pecho-operado teclea algo en su ordenador y vuelve a mirarme.

—En la misma habitación.

Asiento y subimos por el ascensor. Ethan me lleva de la mano como cuando eramos pequeños y abre la puerta de la habitación ante nosotros.

Todo sigue igual, los cables y la intravenosa en el antebrazo de Seth, las máquinas pitando y un leve olor a limón. Sólo cambia una cosa.
Junto a Seth hay un chico de aproximadamente mi edad, de buena presencia, musculosos brazos y unos ojos cafés que se me hacen familiares. El chico dirige su mirada a nosotros y nos inspecciona un momento. Yo hago lo mismo, todo por descubrir por qué se me hace familiar. Tras unos segundos, los labios del chico se tornan en una sonrisa de oreja a oreja y se acerca a nosotros, le da la mano a Ethan y me besa ambas mejillas.

—Perdón por mi ignorancia pero... ¿Tu quien eres? —Pregunto sin más dilación.

—Hugo Gomez. Soy su amigo.

—Ah...

—Así que tu eres la novia de Seth...

—No te han contado la verdadera versión.

—Estás mucho más buena de cerca, ahora entiendo a Seth. Encantado de conocerte.

Me ruborizo levemente y mi hermano entrecierra los ojos en su dirección, fulminándolo con la mirada. Lo esquivo y me siento rápidamente en la camilla de Seth, agarrándole de la mano. A los pocos minutos, Hugo se va debido a la poca comunicación entre todos nosotros, dejándome con una sensación de perplejidad.

¿De dónde había salido Hugo? ¿Y por qué ahora, en el hospital?

Ethan baja a la cafetería a comer algo junto a Smith, dejándome sola con Darry y Seth junto a mí. Me temo que la seguridad no va a cesar pronto, va para largo esto de ir a todos sitios acompañados por hombres musculosos.
Cojo de nuevo la mano de Seth.
Ya no está caliente como siempre, todo su calor se ha convertido en frío, su piel morena ahora es casi blanca, su pelo ya no tiene brillo y sus ojos... No puedo ver sus ojos, siguen cerrados.

—Lo echo de menos... —Susurro en dirección a Darry.

—Te entiendo. —Por primera vez, oigo a Darry hablar.

—Nadie puede entenderme.

Ethan ya ha vuelto, y al rato de estar allí sentados, el médico de Seth aparece silenciosamente. Me levanto de la camilla rápido y recibo una sonrisa del doctor.

—¿Cómo va todo, doctor? —Pregunta Ethan con algo de esperanza en sus ojos. La sonrisa del doctor se desvanece en pocos segundos.

Oh, no. Malas noticias.

—No hay ningún avance. Es más, debería haber despertado ya, pues fue un coma inducido. Es demasiado raro que aún siga en este estado.

Mi corazón da un vuelco. Todo es mi culpa. Si él no tuviese que defenderme, estaría bien. Seguiría tan normal, con esa vitalidad tan característica de él, con su sarcasmo.

¿Y que podría hacer? Nada.

Volvemos a la casita, como de costumbre, con la cara agachada y el corazón hecho trizas.

¿Por qué tengo que seguir sufriendo? ¿Por qué por Seth? Si el no me quiere, si no me necesita, si no soy nada para él... ¿Qué necesidad tengo de estar mal?

Y todo va a peor. Él debería haber despertado ya, pero sin embargo sigue enchufado a una asquerosa máquina. Y nadie nunca ha ido a verlo, y hoy había alguien.
¿Quien es Hugo?

Me derrumbo en el sillón, con humo saliendo de mi cabeza y con Ethan dormido a mi lado. Me acurruco en un lado, acariciándole el pelo a mi precioso hermano, cuando alguien golpea la puerta.

Hago el amago de levantarme para abrirla, pero Smith me para con un gesto de mano y va a abrir él.

Y su mirada penetra en mí, sus ojos brillantes y su ropa sucia. ¿Qué está haciendo ella aquí? Y lo más importante.. ¿Como nos ha encontrado? Intenta acercarse a mi, pero Smith se lo impide.

Me levanto lentamente para no despertar a Ethan y le señalo a Jennifer dónde está el jardín, para que me siga. Efectivamente lo hace, pero Smith va detrás.

Una vez en el jardín, Jennifer se sienta en una pequeña mecedora de madera y pone sus manos sobre sus rodillas. Yo cruzo mis brazos y me pongo frente a ella.

—¿Y?

—Venía a verlos...

—¿A quién si se puede saber?

—A mis hijos.

—¿A los que tanto quieres y cuidas? —Digo en todo despectivo.

—Hija...

—Cállate. Yo dejé de ser tu hija hace mucho tiempo. ¿Acaso sabes por qué demonios estamos aquí? Por culpa de vosotros, de vuestros problemas, lo estoy pagando yo, Ethan no tiene culpa de nada y gracias a vosotros está pasándolo realmente mal para protegerme. Estamos hartos de escondernos sin haber hecho nada a nadie y... ¿Que haces tu para remediarlo? No haces nada. En lugar de eso, nos abandonaste, huyendo del peligro y dejando a dos niños pequeños solos ante él. ¿Es eso una madre realmente? Y ahora quieres recuperar el tiempo perdido, como si nada, como si nosotros fuésemos dos estúpidos. ¿Crees de verdad que te necesitamos? Ya sabemos vivir solos, tu no perteneces a mi familia. Ni tú, ni Darrel... sólo Ethan. Y estoy cansada de tus visitas, no quiero volver a verte. Porque tu vida solo nos ha traído problemas. Robert no me deja vivir, mi mejor amigo está en el hospital en un coma del que no despierta por su culpa y tu hermano Kiliam del que nunca supimos nada ha muerto. Todo va mal. Y tu osas presentarte como si nada. Todo esto podrías haberlo evitado, con sólo una denuncia, no con una pistola. Tu no deberías haber aparecido en mi vida.

Una lágrima corre por su mejilla, ya sabe que yo llevo razón.

—Señora, la acompaño a la puerta. —Habla Smith.

Jennifer pasa por el salón seguida por Smith y luego yo.
Pero Ethan ya está despierto y observándonos.

EN PELIGRO (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora