Capítulo 23: Heather

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Heather ha vuelto.

CAPÍTULO VEINTITRÉS

HEATHER

12 de Noviembre de 2015

Me di la vuelta en la cama. El idílico despertar con los rayos de sol entrando por mi ventana era más falso que el oro alemán. Este sí que entraba por mi ventana, no obstante me daba directamente en la cara. Entreabrí los ojos con pereza, se estaba tan bien tapada con el edredón y sin nada que hacer, desde luego dormir era mi deporte preferido. El despertador que tenía sobre la mesilla junto a mi cama marcaba las 09:30 AM, volví a cerrar los ojos y tiré del edredón hasta taparme la cabeza completamente.
Mi móvil, que estaba junto al despertador, emitió un molestó zumbido. Rodé por la cama hasta salir de ella y cogí el móvil. El pelo me caía por la cara y apenas podía abrir los ojos, no recordaba a qué hora me había acostado la noche anterior pero había sido tarde... Muy tarde, ya que había estado estudiando pera los exámenes. Y de pronto me acordé.

Joder, joder, joder.

El día anterior habían empezado los exámenes. Miré el mensaje que me había llegado apenas unos segundos atrás:

Adrianna: ¿Dónde c*** estás?

Bloqueé el teléfono en lugar de contestarle, no tenía tiempo por lo que ya se lo explicaría cuando la viese.
Mi habitación estaba hecha una auténtica pocilga y eso me ponía de un humor de perros. Con el estrés de los exámenes había ido acumulando tal nivel de mierda que no podía encontrar ni el uniforme entre libros, ropa y hasta cajas de comida. Me quité el pijama y lo lancé hacia la cama, pero mi mala puntería era legendaria y acabó cayendo sobre la caja de pizza que había pedido para cenar hacía unas cuantas noches. Hice una mueca, aquello era asqueroso.
Bajé las escaleras mientras me ponía el uniforme. En tan solo una semana había perdido al menos tres kilos y si ya de por sí el uniforme me quedaba grande, en aquel momento parecía que llevaba puesto un saco de patatas. Como de costumbre, la nevera estaba vacía pero había un trozo de bizcocho y una nota sobre la encimera.

“Suerte en los exámenes".

Desde Halloween apenas había visto a Annaïs, no es que me quejara pero la verdad estaba algo preocupada. Sabía de sobra que “El Incidente", como me gustaba llamarlo, había sido sin querer y que mi hermana estaba totalmente avergonzada, sino no me explicaba su repentina desaparición y que solo pasase por casa para dormir o cuando yo estaba fuera. Aunque claro, en las dos últimas semanas yo tampoco había estado mucho en casa, me pasaba casi todas las tardes con Daniel o estudiando, y había estado buscando un trabajo... Aunque esa misión por el momento la dejaba en imposible.
Cogí el trozo de bizcocho y tras colgarme la mochila al hombro, que había dejado tirada a la entrada de casa, salí literalmente corriendo hacia el instituto. El primer examen que tenía aquel día era de Dibujo Técnico, una asignatura que tenía pendiente del curso anterior y teniendo en cuenta que me había saltado el examen probablemente la seguiría teniendo pendiente durante siglos. Miré el reloj desesperada, tan solo quedaban diez minutos para que el examen acabase y luego tenía media hora hasta el siguiente, que era de Filosofía. Si cogía el metro llegaría en quince al instituto, si iba andando tardaría muchísimo más.
Por suerte el metro llegó puntual, el mundo se estaba volviendo loco. Entré en el instituto a la carrera, subiendo los escalones de dos en dos hasta llegar a mi taquilla. Me apoyé en mis rodillas jadeando por el esfuerzo, nunca más iba a correr tanto. Abrí la taquilla para dejar mi mochila, pero saqué el libro de Filosofía para continuar repasando. Cerré demasiado fuerte, ya que algunas personas se giraron a ver qué pasaba, estaba tan nerviosa que apenas sabía qué hacía.

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