El muy imbécil de Dylan me está provocando.
Por lo visto, se digno a dejar su estúpido teatro y volvió a ser el mujeriego de siempre.
Cuando estábamos en la piscina, intentaba robarme picos en la boca, de los cuales logro tres, hace comentarios sobre lo buena que estoy o sobre a quién se va a tirar el lunes en la universidad.
Y lo mas recién y horrible, mientras estamos comiendo está empeñado en coquetearle a Julieta. Quien se coloca roja como un tomate por cada palabra que el mujeriego suelta.
Me tiene harta.
—Veo que volviste a ser tu, sin mascaras—Digo sentándome en la mesa justo a su lado.
Hace una mueca para luego posar una sonrisa arrogante en sus labios.
—Digamos que sí—Dijo encogiéndose de hombros—No vale la pena cambiar por alguien que no lo valora.
Rodé los ojos ante su tonta respuesta, es obvio que habla de mí, así como también es más que obvio que él no iba a cambiar por mí, ni por nadie.
—Eres un imbecil—Gruñi
—Al menos no soy una niña mimada—Ataco él.
—No sabes de que hablas, cállate mejor—Dije molesta de que crea que soy una maldita niña mimada, cuando la realidad es que mis padres no me soportan.
— ¿Por qué te molestas, eh? —Preguntó— ¿Por qué sabes que es verdad? Eres una niña mimada y rica. Eso eres.
—Me molesta el hecho de que lo digas porque no lo soy—Dije mirando hacia los demás en la mesa, quienes miraban nuestra estúpida pelea atentos, callados y divertidos.
—Claro que lo eres—Bufo él.
— ¿Sabes qué? Cállate Dyl. No sabes nada de mí como para asegurar algo que no soy.
Me estaba empezando a molestar este idiota, rodé los ojos y tome los cubiertos con intención de comenzar a comer.
Pero claro, su estúpida voz tuvo que interrumpir mi próximo movimiento.
—Tienes razón, no sé nada de ti. Pero lo que se, es suficiente como para saber que eres una perra.
Sus palabras, como siempre, salieron de sus labios como si fuera veneno. Se escucho un grito ahogado de parte de mis amigos. Deje caer los cubiertos fuertemente en la mesa para voltearme y verlo diciéndole algo relajado a Julieta, que por sus mejillas mas rojas que un tomate, deduzco que está tratando de seducirla.
—Eres un maldito imbécil, eso eres—Dije volteándome furiosa a verlo, el volteo a mirarme serio—Estas así porque no quiero acostarme contigo, porque no quiero ser una más en tu lista y el maldito maní que tienes como cerebro no es capaz de procesar y aceptar mí no. Estoy harta de ti y toda tu mierda. Tengo suficiente drama en mi vida ya como para involucrarme con alguien que me traerá más problemas de los que ya tengo.
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Amor y Guerra
Teen FictionSky Hamilton vive su presente con un recuerdo del pasado doloroso para ella, aparenta ser una mujer fría, calculadora y fuerte, pero por dentro es una chica débil, asustada y que lleva con ella la culpa de algo que no pudo evitar, ¿Que pasara cuando...