Los mas buscados -Jeff the killer-

Daniela ¿Un problema?

La luz del sol entrando por la rendija de las cortinas que cubrían las ventanas me dio en la cara despertándome. Abrí los ojos despacio para que mi vista se enfocara. Cuando mi vista estuvo al fin clara logre ver la silueta de Alexandra que se marcaba en las sabanas. Estaba dormida, parecía un ángel.... ¿Qué estoy pensando? ¿Porque estoy con ella?

Me intente levantar de la cama pero cuando jale el brazo note unas esposas. Me quede pensando un segundo en la noche anterior y solo logre recordar a los leves sollozos de Alexandra pidiendo piedad. Me senté en la cama y vi la habitación. Parecía como si alguien hubiera aventado todo. Note algo brillante que me llamo bajo el buró. Busque desesperadamente las llaves de las esposas y las encontré en mi propio cuello, me desate y camine hacia el objeto brillante. Me puse en cuclillas y metí mi mano bajo el mueble para sacar un cuchillo de cocina. Ahí fue cuando recordé todo.

-La intente matar nuevamente.... ¿Volví a fallar?- El alcohol me había hecho olvidar la conclusión de la pelea.

Me puse de pie y deje el cuchillo sobre el mueble. Camine despacio hacia la pecosa, que seguía sin moverse, la destape con brusquedad lo que hizo que se despertada sobre saltada. Resople.

-Estás viva-

-Ah ¿hablas de lo de anoche? Pues.... Casi no la cuento- Dijo tallándose los ojos que tenía hinchados y rojos por el llanto.

-Bien... si quieres regresa a dormir son las....- busque mi móvil. Después de pensarlo, no lo había visto desde hace un tiempo, saque la bolsa donde había cargado mis cigarrillos y discos y lo encontré. –Las 9 am...-

-Vale.... Pero creo que me levantare a lavar las sabanas.... No me gusta el aroma a alcohol. ¿Si puedo subir a lavarlas, verdad?- Afirme con la cabeza. La pecosa de levanto y me lanzo las esposas. –Guárdalas, quizás quieras volverme a torturar....-

Que mierda le pasa a esta chica, ¿Cómo no ha salido corriendo? O una mejor pregunta ¿Por qué no ha hecho que me capturen? La seguí rumbo la azotea donde se encontraban los lavarropa.

-Rayos... no hay jabón.... ¿Jeff puedo pedirle a alguna vecina?- Me dijo con su tono de inocencia.

Hice una mueca pero no podía negarme ahora. Me acerque a ella.

-Vale, yo regresare al cuarto, no hables de mas, Alexandra ¿Entiendes?- Le apreté las mejillas con brusquedad. Ella soltó un pequeño quejido.

-Entiendo Jeff, suéltame, por favor-

La solté y me fui al cuarto.

*

Regrese a el edificio y toque la puerta del departamento que estaba justo al lado de en donde me tenía Jeff.

-¿Quién es?- La voz de una mujer respondió a los golpes en la puerta.

-Soy su nueva vecina, me mude apenas hace unos días....-

Me abrieron la puerta, una joven pelirroja de grandes ojos verdes y tez pálida.

-Mucho gusto, mi nombre es Daniela Morgan- Me extendió la mano.

-Yo Alexandra Oster-

-Bueno... ¿Se te ofrecía algo?- Me dijo amable.

-Le quería pedir un poco de jabón de ropa...-

Después de que Daniela me diera el jabón subí a la azotea a lavar las sabanas que apestaban a ese aroma que me daba tanta repulsión.

Termine de lavar las sabanas y las colgué para regresar a el departamento. Cuando iba caminando hacia la puerta escuche la voz de Daniela.

-Alex... ven un momento-

Me acerque.

-¿El chico es tu....?- pregunto

-Pareja- Respondí tartamudeando

-Es que.... Eh escuchado ruidos extraños últimamente que vienen del departamento.... Gritos... Llantos y la voz de ese joven gritando que te calles... Si necesitas algo, ¡lo que sea! Pídelo. No dejes que te maltrate.- Me abrazo.

-No te preocupes, estoy bien.... – sonreí.

-¡Alexandra Oster! ¿Por qué te tardas tanto?, te dije que saldríamos a comer ¿No? Vete a cambiar ahora.- Jeff estaba tras de mi con su clásica bufanda y vestido 'formal' con una camisa y unos janes.

-Voy... Jeff.... Adiós Daniela- Le volví a sonreír y me regreso la sonrisa.

Entre a la casa y Jeff me empujo.

-¿Qué tanto te decía la vecina?-

-Nada....-

-¡Nada! ¿Por qué no me dices la verdad antes de que me desquicies y te rebane el cuello hasta llegar a la tráquea?- Me dijo alterado.

-Me dijo que... que no dejara que me hicieras daño- Le respondí bajando la mirada. El hizo una mueca.

-Vete a bañar y a arreglar, saldremos.-