Confusión.

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-Me alegra que entiendas, bonita- Se alejó, tomo su bufanda y la billetera y salió a la calle.

*

Mierda, mierda.... Esto es tan extraño. Tuvo a la policía frente a ella y no dijo nada ¡Nada! ¿Acaso pensara que yo la protegería de la misma forma? Idiota. Que se joda la policía, si esta chica me sigue protegiendo de la misma forma que lo hizo ahora, me servirá más de lo planeado.

Entre a una tienda 24 horas, me fui directo a la sección de bebidas alcohólicas y tome una botella de vodka, estaba caminando hacia la caja cuando recordé a la pecosa. "Tal vez sería buena idea llevarle algo" fui a la sección de bebidas y tome una caja de jugo de naranja. De nuevo regrese a la caja y coloque el vodka y el jugo para que los cobraran. Pague y salí con las bolsas en la mano. Encendí un cigarrillo y camine hacia los departamentos.

¿Cuál es el verdadero motivo por el que no eh matado a Alexandra? Esa pregunta rondaba mi cabeza, me estaba comenzando a hartar de no encontrar la respuesta. Tal vez sería mejor solo cortarle el cuello y huir, como la vil rata que soy. Termine mi cigarrillo y pise la colilla.

Al fin llegue al edificio. Subí las escaleras lentamente y cuando llegue al pasillo suspire. Camine y recordé como conocí a la pecosa. Ese día en el bus, como su sangre me llamo, como quería escuchar sus gritos, quería verla apagándose entre mis manos, quería ver sus ojos cafés quedarse sin brillo, pero en cambio, recibí una bala en el hombro y a media ciudad buscándome.

Entre a la casa coloque el jugo en el refrigerador, tome un vaso y comencé a beber. Pensaba en todo lo que había pasado en solo un par de días, jamás ¡Jamás! Me habían atrapado tan rápido y mucho menos se me había escapado alguien con vida. ¿Qué me está pasando? ¿A caso ya la edad me empieza a afectar?, no, no soy tan viejo, soy joven ¡Yo soy Jeff el asesino! Nadie me puede parar.

Me puse de pie tambaleándome tome un cuchillo de la cocina y camine hacia la habitación donde tenía atada a la pecosa y abrí la puerta de un azoton.

-¡Alexandra! Go to sleep.-

Ella me miro confundida, me acerque a ella, en cuanto vio el cuchillo comenzó a patalear intentando defenderse.

*

Tenía a Jeff muy cerca, con un cuchillo en la mano. Intente alejarlo pero era inútil, mis muñecas estaban firmemente atadas. Jeff se subió sobre mí y coloco el filo de su cuchillo en mi cuello "¿Deja vu?"

-Alexandra ¿Cómo mierda logras joderme tanto la mente?- Me dijo acercando su rostro al mío

Sentí su aliento alcoholizado, ahora tenía sentido su agresividad. Jeff subió el cuchillo a mi boca y cortó la mordaza.

-Jeff... No se dé que me hablas... no me hagas daño, para, por favor- susurre

-¿Cómo mierda dices que no sabes?-

-Jeff, detente...- mi voz se quebró y comencé a sollozar

Jeff se bajó de mí.

-¡Mierda! ¿Por qué te obedezco? ¡Nadie me manda a mí! Maldita sea.... ¿Cómo puedes controlarme de ese modo?.... ¿Por qué no puedo acabar con tu vida Alexandra?-

Jeff lanzo el cuchillo y se sentó en la cama llevándose las manos a la cabeza y jalando su propio cabello, yo empezaba a temblar del miedo.

-Necesito un cigarro- Dijo saliendo de la habitación.

Me quede ahí, sola y atada. Podía gritar, pero sabía que todo terminaría peor, tenía mucho miedo, no hice más que llorar en silencio. Después de unos minutos Jeff regreso.

-Te soltare para que te coloques una pijama y metas en la cama, después te volveré a atar ¿Entendido?- Jeff estaba en un notable estado de ebriedad.

Desato mis muñecas y yo camine al cajón donde Jeff había colocado ropa femenina. Tome una playera holgada y unos shorts, era lo más cercano a una pijama que había. Me cambie y abrí la acama para acostarme.

-Bien, Alexandra hoy tus manos no estarán atadas juntas, quiero asegurarme de que enserio no te soltaras-

-¿Entonces a que me ataras?- Pregunte.

-Estarás esposada a mi muñeca, pequeña pecosa. Ahora pon tu mano- Dijo mostrándome unas esposas y colocando la llave a su cuello con un listón.

Dudosa estire mi mano derecha que fue esposada a su mano izquierda, ahora estaríamos juntos hasta la mañana.

Nos fuimos a acostar y Jeff apago la lámpara con su mano libre.

-Ve a dormir, pecosa.-

Me quede de frente a Jeff, vi cómo se comenzó a quedar dormido. El efecto del alcohol era tan fuerte que lo hizo caer rendido muy pronto. Lo contemple dormido, se veía tan indefenso, en tanta paz, en tanta calma.

Las sabanas se comenzaron a impregnar del aroma a alcohol que desprendía Jeff. Ese aroma, que desde niña me ponía incomoda. Nunca me había gustado relacionarme con personas con vicios de esa clase, siempre fui centrada. Me quede mirando un rato a Jeff, estaba completamente dormido, después de un rato mis ojos me comenzaron a pesar y me quede dormida.

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Los mas buscados -Jeff the killer-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora