Alexandra ya llevaba fuera mucho tiempo fuera, casi una hora. No respondía mis mensajes y comencé a desesperarme. Me coloque la bufanda, tome las llaves de la habitación y Salí a donde ella había dicho que iría. Las calles estaban llenas de personas, me sorprendió que nadie me hubiera reconocido. Por fin divise el logo del centro comercial a lo lejos y corrí hacia el. Note que tenía que atravesar un parque, dude un poco, pues no soporto los niños, pero Alexandra era mi prioridad en ese momento.
Ignorando a esos pequeños bastardillos atraviese el parque hasta llegar el centro comercial. Entre y busque pasillo por pasillo. Buscaba a esa morena de cabellos negros y mirada hipnotizan te pero no la encontraba. Me comencé a frustrar y a tirar cosas. Por fin vi a lo lejos a esa mujer, estaba a lado de un chico alto, castaño y de ojos claros, Alexandra estaba riendo, cargando lo que parecía una caja de pizza. Sin dudarlo mucho camine hacía donde estaban y la abrace por atrás haciéndole dar un brinquito.
-Jeff...- tartamudeo.
-Amor, vámonos ya ¡Ahora!- Le dije mirando desafiante al chico con el que estaba.
Por algún motivo ese joven me sonrió, como si me conociera de hace tiempo, lo ignore.
-¿Amor?- Alexandra estaba obviamente confundida, la tome del brazo y la jale lejos de ahí.
-Hasta pronto, Alexandra- El chico se despidió.
Hice una mueca de desagrado y camine con Alexandra lo más rápido que pude hasta llegar a la habitación del hotel.
-¡No hables con nadie! ¡Mucho menos con hombres! ¿Entendido?- Fue lo primero que dije en cuanto Alexandra cerró la puerta.
-Entendido Jeff...- dijo desanimada.
-Vamos, Alexandra, es por tu bien.... No quiero que te hagan daño- Me tire en la cama.
-Gracias...- Respondió con indiferencia.
Preferí no decir nada más y solo quedarme en silencio. Ambos comenzamos a comer y cuando terminamos Alexandra tomo la caja vacía y la tiro por el tubo de la basura. Después de eso se acostó boca abajo en la cama.
-Alexandra... ¿Estas enojada?- Me recosté a lado de ella.
-No- solo eso salió de entre sus labios.
Era obvio que estaba molesta, no sabía qué hacer, hace años no veía una mujer enojada y la última vez que lo hice la mate. Alexandra no moriría entre mis manos ¡nunca! Yo la protegeré con mi vida, pero ¿Qué debo haces ahora?
-Estas enojada....- Suspire –Perdón si hice algo malo – El gran Jeff el asesino pidiendo perdón ¿patético no?
-No importa- Y para cerrar con broche de oro, estaba enamorado de la mujer más indiferente del mundo.
Me quede mirándola un momento y se me ocurrió una idea un poco absurda. Me acerque un poco más a ella eh intente hacerle cosquillas, pero en vez de recibir una risa, recibí un 'para'. Me detuve en seco al sentir la incomodidad de la pecosa. Suspire y me deje caer completamente en la cama con la mirada perdida en el techo.
Que mierda, intento ser lindo y me piden que me detenga. Ahora recuerdo porque me prometí a mí mismo no enamorarme de nuevo.
-Flashback-
-Te amo ¡Por eso lo hice!- Grite llevándome las manos a la cabeza y tirando de mis propios cabellos.
-¡Eres un hijo de puta psicótico! ¡Arruinaste mi puta vida Woods!- Jane me dijo quitándose la máscara de porcelana que yo mismo le había regalado y dejándome ver esos ojos verdes y esa piel blanca tan cautivadora.

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Los mas buscados -Jeff the killer-
RandomAlexandra Oster es una joven pasante de medicina, aun no iniciaban sus practicas cuando tubo un percance con ese hombre. El hombre que cambiaría su vida, el hombre que le robaría su libertad. ____ Mi nombre es Alexandra Oster, y esta es la historia...