Jeff me empezaba a hacer sentir protegida. Era raro, muy raro pero me sentía bien y feliz.
-Te quiero demasiado- Lo abrace con fuerza
-Yo a ti... Mucho-
Íbamos a besarnos cuando Toby nos interrumpió.
-¡Hey Chicos! ¿Hay algo de tomar...?... ¡Woow, Woow! Tortolitos para eso es el cuarto.- Dijo riendo y abriendo el referí para sacar la garrafa de agua. Luego de servirse un enorme vaso y beberlo sin quitarnos los ojos de encima, hablo.
-Tortolos ¿Si haremos algo para navidad?-
-Justo hablamos de eso- Contesto Jeff.
-Yo no los vi hablando- Volvió a reír Tobías. -¿entonces que se armara?-
-Pensábamos en lo normal. Una cena y eso- Dije emocionada.
-Y.... Chicos ¿Puedo invitar a Natalie?- Pregunto Toby bajando la mirada.
-¡Te gusta! ¡Lo sabía!- Grite.
Jeff rio y me abrazo por los hombros.
-¿Qué opinas pecosa? ¿Qué la traiga?- Pregunto Jeff.
-Si ¡Sí, que la traiga!- Aplaudí.
Toby me sonrió y los tres nos abrazamos.
-Chicos... Los quiero mucho.-
No dijeron nada, pero sabía que ellos me querían a mí. Toby volvía a ser como mie hermano y Jeff... Bueno él era mi primer novio. Nos separamos y fuimos a la sala a ver televisión. Por fin tenía una familia, por fin tenia personas que me hacían sentir protegida y por primera vez sabía que estaba enamorada.
(...)
-¡Tobías! Apúrate que el centro comercial estará lleno- Grite jalando de los tobillos a mi amigo que no quería levantarse de la cama.
-Ya voy...- Se quejó.
Por fin se levantó, salí del cuarto para que pudiera se cambiar. Jeff había ido a comprar unas cosas para la noche que no me dijo que eran. Toby y yo teníamos que ir al centro comercial por las cosas para la cena y de paso algún regalo para mis compañeros de casa.
En estas dos semanas Toby había estado trayendo a casa a Natalie. Me entere que no era una chica cualquiera, era alguien como Toby y Jeff. Era de esperarse ¿no? Creo que mi amigo no se fijaría en una chica 'común'. Toby salió del cuarto y tomamos el camión al centro comercial.
-Eres un perezoso Toby- Le dije jalándolo de la manga de su camisa. -¡Ve! ¡Tendremos que hacer fila!-
-Ja ¿En serio?- Se rio el idiota.
Resople y tome el carrito de supermercado. Fuimos a la comida, ya sabíamos que prepararíamos exactamente.
-Oye... iré a hacer unas cosas... no tardo, te veo en 10 minutos en la licorería- Me dijo Toby.
-Idiota, más te vale no tardar- Le grite mientras lo veía alejarse.
Continúe con mis compras y fui a la licorería donde esperaría a Ticci.
-¿Ya terminamos?- Pregunto.
-Termine- Le corregí –Falta el licor, escoge tu- Le dije.
Ticci miro y tomo un par de botellas de Jack Daniel's
-Vamos a la caja.- Le ordene ya estresada.
-Mejor vamos a los disfraces.-
Me tomo de la mano y me jalo con todo y carrito. Ya que más da, un par de horas más en la fila no cambiaran nada. Llegamos a los disfraces, Tobías rebusco entre las máscaras y tomo una de espantapájaros y después me lanzo un antifaz de arlequín ¡Que ironía! Ya antes Jeff me había dicho que fuera como su Harley. A estas alturas ya sabias que rumbo tomaría el asunto.
-Te ponte esto rápido- Me dijo pasándome un vestido rojo de holanes.
Obedecí, tenía miedo de que nos descubrieran pero la suerte siempre está de mi lado. Él se puso una camisa a cuadros y ambos las máscaras.
-Ten- Me extendió una pistola.
Oh no ¡Eso sí que no, yo no matare a nadie! ¡No de nuevo!
-No, yo no...- No me dejo terminar la frase.
-Alexandra no es necesario que dispares.-
-¿Y cómo escaparemos?-
Ticci levanto su mano con las llaves de un auto. Ese idiota ¿Qué hizo? Tome el carrito y ambos corrimos a la puerta. Era obvio que los oficiales nos intentarían agarrar pero Ticci les disparo. Yo deje ir un par de balas sin apuntar para dejarlas perdidas en el aire. Llegamos a un auto pequeño, eche todas las compras en el asiento trasero porque Toby no me dejo abrir la cajuela y arranco el auto. Mientras abanábamos fuimos desapareciendo el disfraz con el que robamos dejando cada prenda tirada en la carretera.
En cierto punto de esta Ticci se orilló.
-¿Qué pasa?- Pregunte-
-No podemos seguir con este auto- Bajo del auto y lo seguí.
Ya abajo fue a la cajuela pero me pidió que no me acercara, saco un costal y una garrafa de gasolina.
-Larguémonos de aquí- Dijo y termino de meter las compras en el costal, luego roció el auto con la gasolina y le pego fuego. Ambos corrimos hasta llegar a casa. No puedo creer que fui participe de un crimen y ni siquiera tengo remordimiento.
Llegamos trotando a casa y entramos entre risas. Jeff ya estaba dentro y había acomodado la mesa con un mantel rojo intenso. Nos sonrió y nos ayudó con las compras.
En estas dos semanas mi relación con Jeff subió, me sentía feliz. Jeff siempre me iba a dejar y a recoger del trabajo y el hacía 'lo suyo' para conseguir dinero.
Preparamos la cena, aún era temprano y había suficiente tiempo como para meter el pavo al horno.
-Voy por Natalie, no tardo- Dijo Ticci mientras tomaba su chaqueta. –Regreso en unas horas-
Salió de la casa y me quede sola con Jeff. Me gustaba estar con él, pero a veces se tornaba incomodo porque él quería llegar a más y obvia mente yo me negaba. Por suerte nunca me ha forzado a nada. Me trata bien o al menos mucho mejor de cómo lo hacía cuando recién lo conocí.
Me senté en el sofá y de inmediato Jeff me acompaño.
-¿Te hago cosquillas?- Me pregunto. Sabía que las odiaba.
-No te atreverías- Le mire insegura. Yo más que nadie sabía que si se atrevería.
-¿A no?- Antes de que pudiera contestar Jeff ya estaba sobre mi haciéndome cosquillas.
Sentí un momento de esos; en los que no sabes si reír o llorar. Me zangoloteaba como loca pidiendo que parara. Después de torturarme un rato se detuvo quedando sobre mi y observándome fijamente.
-Alexandra...- Me dijo
-¿Qué pasa Jeff?-
-Te... te.... Te amo...- Dijo casi susurrando
No pude contestar. Jeff se levantó de enzima mío y salió corriendo al baño ¿Qué fue eso?
-Yo también te amo, Jeffry-
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Los mas buscados -Jeff the killer-
De TodoAlexandra Oster es una joven pasante de medicina, aun no iniciaban sus practicas cuando tubo un percance con ese hombre. El hombre que cambiaría su vida, el hombre que le robaría su libertad. ____ Mi nombre es Alexandra Oster, y esta es la historia...