Alexandra entro al cuarto con una caja blanca decorada con una cruz roja.
-Jeff, ponte cómodo, esto tomara un tiempo- Alexandra soto una risita. –Dios tienes lastimada hasta el alma.-
No pude evitar reírme. Alexandra tomo asiento a mi lado en la cama. Empapo un algodón en alcohol y limpio una herida cerca de la cien.
-Agh... pecosa, no es necesario que hagas esto, eh sobrevivido una vida sin cuidados médicos...- Me queje.
-¿Entonces de que sirve que me tengas a tu lado?- se rio.
Me volví a reír, me dispare yo solo.
-En realidad, solo es porque me gusta que estés aquí...- Mi comentario hizo que Alexandra dejara de limpiar la herida.
Me sonrió, sus grandes ojos cafés lanzaban una mirada tan dulce y embriagante. Esa chica me confundía y aclaraba mi mente a la vez.
-Y yo quiero estar aquí...- susurro.
No pude evitar tener ese sentimiento de felicidad, ese sentimiento tan difícil de lograr en un ser tan frio como yo.
-¿Cómo mierda soportas a este monstro?- Me señale riendo.
-No lo sé.- Se rio – Ahora que recuerdo.... Gracias por no haberme matado-
-No hubiera podido aunque quisiera.-
Alexandra comenzó a acercarse a mí y se recostó justo a mi lado colocando una de sus manos en mi pecho.
-Me pregunto qué hubiera pasado si no hubiera tomado el bus esa tarde... la tarde en la que te conocí.-
Me quede en silencio, no sabía cómo tomar eso, selle mi labios y fije mi mirada en la cabellera negra de la mujer entre mis brazos. No conteste la duda, pero pensé que si quizás no la hubiera conocido, en ese preciso momento estaría en algún bar o con una prostituta o simplemente, ebrio en algún callejón.
Tantas cosas habia cambiado desde que Alexandra habia llegado, ella estaba mejorando mi vida al 100. Ella estaba coloreando mi mundo gris, ponía un arcoiris en mis días lluviosos y sin duda estaba sacándome mi lado más humano.
-No me arrepiento de haberte conocido.- Suspiro en mi pecho.
El calor de su aliento en mi me causo un escalofrío.
-Yo tampoco me arrepiento de nada....- Susurre.
Tocaron a la puerta interrumpiendo el momento.
-Yo me levanto, espera.- Me puse de pie y camine a la puerta
Mire por el picaporte. La vecina estaba del otro lado. Me tape la boca con mi bufanda que se encontraba en el perchero y abril.
-Buenas tardes eh... ¿Graciela?-
-Daniela.... ¿Esta Ale?- La mujer respondió fría.
-Sí, esta acostada.... ¿Para que la quieres?- Le respondí. Creo que soné grosero.
-Pues, está muy lastimada, quería llevarla al doctor....- Al parecer la mujer noto mi ojo morado. -¿Se puede saber que les pasó?-
-Hay gente muy mala afuera... me metí en un problema y Alexandra intento ayudarme pero esos desgraciados la lastimaron....- Apreté los puños.
-¿Quiénes?- susurro Daniela.
-Ya no importan ellos, la pecosa y yo ya pusimos denuncia... pero bien- Me gire hacia dentro. - ¡Alexandra! Ven...- Grite.
La pecosa corrió hacia la puerta.
-¿Qué pasa Jeff?-
-Vístete... Daniela te llevara al doctor. No discutas y obedéceme.-
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Los mas buscados -Jeff the killer-
RandomAlexandra Oster es una joven pasante de medicina, aun no iniciaban sus practicas cuando tubo un percance con ese hombre. El hombre que cambiaría su vida, el hombre que le robaría su libertad. ____ Mi nombre es Alexandra Oster, y esta es la historia...