Romance

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Iba caminando por la ciudad, eras todavía temprano por lo que había luz. Las gafas de sol cubrían mis ojos y un cubre bocas tapaba el resto de mi cara. Camine por la calle hasta llegar a supermercado. Al llegar ahí, no sabía que comprar para cocinar, La cocina no era mi fuerte y mucho menos de Alexandra. Al final decidí por comprar algo ya echo, de eso paquetes de comida que solo necesitas meter al microondas y calentarlo. Eche al carrito unos cuantos paquetes y una garrafa de agua de sabor. Pague. Me preocupaba que casi no quedaba dinero. Pensaba en como poder conseguir más de una manera 'no tan ilegal'. No quería meter en problemas a Alexandra.

Tome las bolsas del supermercado y volví a caminar rumbo a la casa. Mientras iba caminando me di cuenta que había fotos mías de 'se busca'. Esto sería un problema, algo me lo decía. Camine más rápido para por fin llegar. Entre a la casa. Vote la comida en la cocina ignorando a Ticci que veía televisión y me fui al cuarto.

Abrí con delicadeza la puerta y vi a Alexandra acurrucada en la cama abrazando una almohada. Sonreí y le fui a hacer compañía. Sin despertarla me acosté a su lada y la mire. Solté un suspiro y encendí el televisor. Me costaba decirlo pero me recordaba a mis padres. Me sentía como una pareja común y corriente y no sé si eso me gustaba o me daba asco o más bien miedo.

Veía la televisión cuando sentí movimiento de la cama. Alexandra se comenzaba a despertar y le di un poco de espacio para que se sentara en la cama. Se tallo los ojos y bostezo para luego recostar su cabeza en mi pecho.

-¿Tuviste suerte?- Le pregunte refiriéndome al empleo.

-Los fines de semana tendré que trabajar por las noches- Me dijo sonriendo.

-Qué bueno que te hayan contratado.- La felicite. Me emocionaba el hecho de que ella pudiera tener una vida más o menos normal.

Estuvimos un rato acostados hasta que nuestros estómagos nos pidieron comida y nos vimos obligados a levantarnos. Fuimos a la cocina y eche los trastes desechables con la comida al microondas para calentarla. Tobías dijo que él ya había comido haci que se fue a dormir.

Me quede con Alexandra a comer-cenar y platicamos un rato.

-¿Y entonces que aremos en navidad? Ya es en dos semanas- Dijo llevándose un bocado a la boca.

-¿Una cena, un vino... dormir....?- Pregunte. Hace mucho no celebraba esas cosas, así que no sabía que podía ser una buena idea.

-¿Un árbol, esferas y tal vez Regalos?- Dijo poniendo una sonrisa.

-¿Qué quieres que te regale?- Le pregunte levantándome para tirar el recipiente vacío de comida. Después regrese a ella abrazándola por la espalda y posando mi cabeza sobre su hombro.

-Mejor no me des nada, solo quédate conmigo- Me dijo.

Ese sentimiento que antes me incomodaba, ahora me volvía loco. De nuevo ese revolotear en mi estómago y mi pensamientos enredados regresaron.

-Me quedare contigo toda la vida. Tu eres mía, solo mía- Dije intentando recalcar lo último y dejarlo bien en claro.

-Perfecto- Se rio y giro un poco para verme a la cara. –Y tú eres mío... No de Nina- Soltó

¡Oh no! ¿Cómo supo de ella? Yo no la eh nombrado ¿o si? De cualquier manera ella no es nada de mí, ni siquiera siento cariño hacia ella, pero ¿Ahora que se supone que debo decir?

-¿Nina? ¿Cómo sabes de ella?- Fue lo único que dije.

-Hace un rato pasaron un reportaje de ella en televisión. Al parecer ya saben que escapaste con una chica- Dijo tranquila y tomo un poco de jugo antes de continuar. –Y amenazo a 'cualquiera' que estuviera contigo porque "Tú eras de ella"- Agudizo su voz hasta volverla chillona, supuse que imito la voz de Nina.

-Ni si quiera larecordaba- Me reí nervioso. – pero ignora ese comentario 

 -Amenazo con escaparse- Dijo sonriendo de lado. -¿Y si lo hace?-

-Te defenderé con mi vida-

Los mas buscados -Jeff the killer-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora