Un momento irreal

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Los rayos del sol me despertaron.

Es que no se les ocurrió bajar las persianas!- grité al levantarme de mi cama y acercarme a la ventana.

Al mirar detenidamente la ventana me di cuenta que no tenía persianas. Me apresuré entonces a abrir la ventana y disfrutar del paisaje de mi hermoso país, pero al abrir la ventana no veía el árbol que estaba cerca de mi ventana, -¿lo habrán talado?-, no veía el parque que se veía a lo lejos desde mi ventana -que raro-. Cerré la ventana y observé detalladamente el cuarto, no lo podía creer!...
La cama en la que había dormido, ahora que la veía bien, no era la mía, pero se me hacía familiar, a un extremo de la habitación ahí se hallaba la biblioteca de la cual había tomado tantos libros "prestados", y por supuesto aquel escritorio tan hermoso.

Me voltee de nuevo a ver la cama en la que dormí.

Hola amor!- dijo una voz muy, pero muy familiar.

Al voltearme lo vi, era imposible lo que ocurría, no podía ser verdad. Para asegurarme que fuera cierto y no una simple ilusión, me acerqué a él y le toqué el hombro, si era de verdad, para asegurarme me pellisqué el brazo.

El gracioso se echó a reír, le tiré una mirada que lo hizo para de reír.

Es que....Vamos, en serio lo hiciste?- dijo...

Si, muy en serio- dije.

Así habrás soñado con este momento- dijo...

Le di un codazo...
-Presumido- dije rodando los ojos.

Por fin cuando asimilé lo que estaba ocurriendo, me encontraba abrazándolo, las lágrimas brotaron, él me abrazó más fuerte y besó mis labios, cuanto lo había extrañado, pero el momento tenía que ser interrumpido por una persona...

Se aclaró la garganta y dijo de forma despectiva:
-Hola engendro-


Ser una princesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora