Ser una princesa

El cuarto de los rehenes

Y ahí se encontraba, mi nana (Zoraida), mi primo, mi amiga Sofía y muchas personas más, todos estaban atado de pies y manos en un silla, había niños, ¡niños!. Me entró la rabia, pero al instante me sentí aliviada de que todos estuvieran bien, me había estado muriendo al no saber de su paradero.

Corrí a desatar a Zoraida, después a Sofía y a mi primo, los abracé y lloramos juntos, claro, Rafael, tan bueno (nótese el sarcasmo), arruinó el momento y me devolvió a la realidad.

Hay muchos rehenes, después se abrazan, ¡desamarralos!- dijo Rafael en tono de orden, odiaba que me dijeran que hacer y al parecer él lo sabía, pero aún así empecé a desamarrar a los rehenes junto Rafael, Sofía, Zoraida y César.

Ahora, para salir todos de aquí necesito que hagan completo silencio y sigan las instrucciones que les daré- dije dirigiéndome a los rehenes.

Rafael abrió la puerta con cuidado y salió primero, revisó que no hubiera nadie y me hizo una señal para avanzar.

Vamos a tener que pasar por el pasillo uno por uno-dije susurrando.

Si pasábamos todos juntos había una gran posibilidad de que nos atraparan.

Rafael se puso en la salida de aquel raro y horrible lugar y me hizo señas para que pasara una persona, y así lo hicimos, hasta que sólo quedaba yo por pasar el pasillo. Empecé a caminar pero escuché un ruido, venían unos guardias hacia acá.

Rafael empezó a hacerme señas desesperado para que pasara rápidamente, pero sabía que me verían y no podía dejar que por mi culpa hagarraran a los demás, le hice una seña para que se fuera, pero como hombre terco que es se quedó ahí parado insistiendo para que me fuera. Al instante llegaron los guardias y me vieron, me quedé paralizada toda asustada, no sabía que hacer. Los guardias me apuntaron con sus armas.

Este es mi fin- pensé y me quedé esperando un balazo.

Pero Rafael se acercó y le dió un balazo a cada guardia, me jaló de un brazo y me sacó de ese lugar, yo lo veía raro, mato a esos guardias como si nada, quedé impactada.

Cómo?... Así es la Guerra-dijo interrumpiendome.

Unas tropas se acercaron con carros y fueron metiendo a todos dentro de ellos, excepto a Rafael, que se quedó para atrapar al tipo.

Ven- le rogué- Ya tu me has ayudado, lo demás se ocuparán- me sonrió- A veces eres tan....- no terminó la frase y entró a aquel lugar del que habíamos salido de broma vivos junto a varias tropas, miré triste hacia ese lugar.

Estará bien- me dijo Sofía a mi lado como si pudiera leer mi mente.

Ajá...- dije y me monté en uno de los carros y este arrancó.

Cuídate-musité tan bajo que de broma yo mismo lo pude oír.