Capítulo 25

11.2K 1.2K 213
                                    

Cuando despertó, él estaba allí, a su lado, rodeándole la cadera con los brazos y hundiendo la cara en su pecho. Se habían quedado dormidos nada más llegar, después de que Hyukjae se terminara su enorme helado de fresa. Él también había probado un poco, tanto del cucurucho como de su boca cuando se habían besado pegados a esa misma columna desde la que no habían visto los fuegos artificiales. Aún sentía lo fríos que habían estado los labios de Hyukjae sobre los suyos. No se creía lo rápido que el mayor cambiaba de estado de ánimo, porque había pasado de estar en una crisis nerviosa a disfrutar de su helado en menos de diez minutos. Torció los labios. ¿Y si las fresas eran alguna clase de calmante para él? Movió la cabeza. Eso era una tontería.

Subió una mano hasta su pelo para acariciarlo, hundiendo la nariz en él y frotándola contra la raíz blanca. Los dedos tras su cintura se cerraron, pero Hyukjae no dejó de respirar contra su pecho, profundamente dormido y tranquilo. En realidad no recordaba cómo había terminado así. Sabía que se había abrazado a Hyukjae después de verlo dormido, sin embargo no tenía ni idea de en qué momento los papeles se habían cambiado de tal forma. Ahora se sentía un peluche apresado entre los brazos de un niño que acababa de tener una pesadilla. No sabía si eso le gustaba; posiblemente no.

Le resultó extraño que Hyukjae no se despertara mientras cogía un mechón de su pelo y comenzaba a darle vueltas en su dedo, que no se diera cuenta por mucho que lo mirase, que estuviera tan aferrado a él. Le resultó extraño pero encantador. Le gustaba mucho saber que Hyukjae aceptaba su amor y, sobre todo, que había asentido a su oferta; iba a ayudarlo a entender eso que revolvía su estómago, que aceleraba su corazón, enrojecía sus mejillas y lo llevaba a gritar emocionado cual adolescente contra las almohadas.

Le soltó el pelo cuando lo notó moverse levemente. Hyukjae alejó la cara de su pecho solo un poco, lo suficiente para poder mirarlo y que Donghae bajara un dedo por su mejilla. Se la acarició lentamente, sonriéndole como dándole los buenos días. Frunciendo el ceño porque el sol le golpeaba los ojos, Hyukjae volvió a esconder la cara en su pecho.

–¿Qué hora es? –su voz fue ronca y cansada, igual que el sonido que soltó contra su cuerpo.

Donghae miró el reloj que colgaba de la pared y leyó las dos de la tarde. ¿Tanto habían dormido? Se encogió de hombros y le acarició el pelo otra vez; no era algo que importara mucho teniendo en cuenta que estaban de vacaciones y no tenían absolutamente nada planeado para ocupar el día. Frotó su nariz contra la cima de su cabeza mientras se lo decía en un susurro. Luego dejó un beso sobre el trozo de pelo albino.

–Podríamos bajar a comer.

–No quiero. –movió la cabeza.

–Seguro que tienen tarta de fresa.

–¿No puedes pedir que la traigan? –de reojo, levantando muy poco la cabeza con los ojos medio abiertos, lo miró. No tenía más expresión que cansancio, pero Donghae lo encontró tan adorable que asintió casi de inmediato.

Se estiró lo máximo posible para no tener que separarse de él y cogió el teléfono del hotel que tenía sobre la mesita de noche. Pidió algo de comer y dos trozos de tarta antes de colgar y verse fuertemente envuelto en sus brazos de nuevo, con las hebras rubias acariciando su barbilla. Bajó la mano por su espalda para luego volverla a subir y Hyukjae suspiró.

–Mi madre siempre hacía eso. –murmuró de repente. Donghae paró, asustado. ¿Y si eso era algo malo? Apartó la mano sin querer hacerlo sentir mal, pero un brazo de Hyukjae dejó su cuerpo para coger su muñeca y obligarlo a continuar. En cuanto hubo hecho el movimiento una vez más, Hyukjae retomó el agarre y volvió a suspirar– Cuando tenía las crisis de ansiedad me escondía en su pecho y ella me acariciaba la espalda.

Crown [EunHae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora