Tiempo atrás, parte 1

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[He cambiado el orden de estas tres partes que son "Tiempo atrás" varias veces. Las escribí conforme iba el fic y luego me pareció buena idea poner uno antes del 10, otro antes del 20 y otro antes del 30. Pero, claro, al hacerlo el fic ya había terminado y hay spoilers bastante brutales en los comentarios, que sé que los leéis, yo misma lo hago cuando leo y no quiero que al leer las dos partes además de esta (escritas al final) os cuenten todo el fic los comentarios.

No sé si me explico, pero he preferido finalmente dejar el pasado de Hyuk para el final del todo y así no ahogarle la historia a nadie :3

Gracias por leer y perdón por las molestias ^^]

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Oyendo la lluvia caer desde fuera, Hyukjae sujetaba el volante del coche de ese hombre al que no conocía. Era un viejo, calvo, llevaba las gafas sobre la nariz tan caídas que se ladeaban en la punta y una chaqueta de pana lamentablemente mojada. Estiró sus cortas piernas, sabiendo de sobra que lo iba a llegar al suelo y frunció los labios solo porque, bueno, el hombre seguía hablando con su madre y ahí dentro no había nada divertido.

–¡Mamá! –gritó, sacando la cabeza por la ventana. Ella lo miró, sonrió empequeñeciendo sus ojos verdes y le hizo un leve gesto con la mano en la que no llevaba el paraguas; eso quería decir que se metiera de nuevo en el coche y la dejase hablar. Los adultos siempre estaban hablando, ¿no sabían hacer otra cosa?– ¡Qué aburrido!

Cruzó los brazos sobre el pecho, dejándose caer contra el respaldo del asiento que era casi el doble que él. Sin querer salir de su enfurruñamiento, estiró la cabeza para intentar ver lo que había delante del coche, pero el volante tapaba todo lo que su vista quisiera alcanzar. Se removió, chasqueó la lengua, volvió a gritarle a su madre y esta repitió el movimiento de su mano.

Sopló con fuerza para apartarse la mata de pelo blanco que caía furiosamente sobre su cara, volvió a apoyar ambas manos sobre el volante y decidió ponerse en pie sobre el asiento, o, al menos, de rodillas. Cerró la ventana pulsando un botón, levantando una ceja mientras recordaba todo lo que hacían lo coches de las series.

–Simple y estúpido. –masculló. El pelo cayó de nuevo sobre él, haciendo que moviera la cabeza. Pero solo consiguió apartarlo durante treinta segundos mal contados. Gruñó y, con ganas de arrancarse los mechones a tirones, quitó la goma de su muñeca y se echó el pelo hacia atrás, haciéndose una coleta llena de greñas.

Se echó hacia delante sobre las rodillas, pegando su pecho al volante hasta que sonó. Una carcajada salió de su garganta y lo repitió. Cuando una niña, sentada en el bordillo de la cafetería que tenía frente a él, lo miró con rabia y se tapó los oídos con sus manos llenas de purpurina, Hyukjae infló las mejillas y se puso bizco.

–¡Mami! –gritó ella, pero nadie salió de la cafetería. La niña, enfadada, quiso caminar hacia él, pero no podía salir de debajo del toldo o se mojaría– ¡Maaaami! ¡Un niño me está haciendo caras!

Dejándose caer de nuevo, hizo que el pitido del coche retumbara de nuevo en la calle con más fuerza que la cortina de agua. Puso los ojos totalmente en blanco, sacó la lengua y ladeó la cabeza. Ahora era un zombie. Y ella chilló, le dio una patada al suelo y entró corriendo en la cafetería.

Hyukjae relajó el rostro, volviéndose a ver solo. Se encogió de hombros. Cogió el volante con las dos manos otra vez y comenzó a balancearse de delante hacia atrás, de un lado a otro, dando vueltas, total y absolutamente aburrido. Hasta que se cansó y, con un ágil movimiento, se pasó a la parte de atrás y se tumbó en ella.

Entonces la puerta se abrió y oyó al hombre calvo soltar un jadeo asustadizo.

–¿Dónde está? –le preguntó a su madre.

Crown [EunHae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora