Capítulo 16

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Movió la pierna nerviosamente sin parar, curioso, expectante, cansado, encogiéndose en el sitio avergonzado por las marcas que se repartían aleatoriamente en su cuello. Jungsoo caminaba de un lado a otro hablando en Chino por teléfono, la chica a la que habían llamado Hyoyeon, tamborileaba sus largas uñas en la mesa en que tanto él como Hyukjae estaban también sentados. Bueno, Hyukjae estaba literamente sobre ella, con los pies cruzados a lo indio, los codos en las rodillas y se tiraba de las mejillas hacia abajo continuamente para parecer un zombie frente al espejo a la espalda de Donghae.

–¿Podrías dejar de hacer eso? –Hyoyeon estaba realmente irritada. Podía notarse a leguas que odiaba a Hyukjae y que no quería que estuviese allí por nada, pero Jungsoo lo había llamado insistiendo y no tenía más remedio que aguantarse.

Hyukjae también se había molestado al principio. Después de todo su móvil había sonado mientras desayunaban y se había visto obligado a comerse su bol de fresas con nata en el taxi. A Donghae, en cambio, le interesaba mucho saber qué hacían allí, aunque solo hubiese ido porque Hyukjae lo quería consigo.

–¿El qué? –preguntó Hyukjae, poniendo los ojos en blanco, sacando la lengua y doblándose para mirarla boca abajo ya que ella estaba a su espalda. Donghae se aguantó la risa.

Hyoyeon frunció el ceño.

–Todo. –gruñó– No hagas nada. Estate quieto de una maldita vez.

–Hum... –poniéndose recto, Hyukjae dio media vuelta para quedar frente a ella– Puedo hacer muchas cosas, pero eso no.

Donghae se rió y se tapó la boca para intentar evitar que se notara, pero fue imposible. Hyoyeon lo miró enfadada. Hyukjae bufó, ignorándolo todo menos que se aburría, y se dejó caer hasta que su cabeza caía de la mesa.

–¡Jungsoo! –gritó, moviendo las manos– ¡Park Jungsoo!

Aunque tardó y Donghae lo vio pasarse las manos por la cara varias veces, al final Jungsoo se guardó el móvil en el bolsillo. Caminó hasta dejarse caer en una silla junto a Hyoyeon, apoyó las dos manos en la mesa y, moviendo la cabeza casi con diversión, pinchó una pierna de Hyukjae para que lo mirase. Éste se sentó de un salto.

–Ya sabes para qué estás aquí, ¿no? –Hyukjae asintió sin mucho interés. A Donghae no lo sorprendió que lo supiera, aunque le habría gustado que se lo contase. Pero era Hyukjae, no podía ni enfadarse ni recriminarle nada– ¿No vas a decir nada?

Saltando otra vez, Hyukjae se puso en pie sobre la mesa. Hyoyeon le gritó. Hyukjae sonrió falsamente, se quitó las zapatillas y las lanzó al suelo, como si con eso se terminase el problema de que estaba sobre una mesa de reuniones de una comisaría. Comenzó a caminar de una punta a otra, moviendo las manos mientras hablaba.

–Dejé claro la última vez que vine que no pensaba trabajar para vosotros, así que sois estúpidos si pensáis si quiera que os voy a ayudar. Bueno, ya lo sois, pero sabéis a lo que me refiero. Además, ¿por qué debería yo meterme entre ese idiota con ansias de llamar la atención y la policía?

–¡Pues yo creo que tienes mucho en común con él! –saltó de repente Hyoyeon, levantándose y golpeando la mesa– ¡Ambos estáis como una cabra!

Poniéndose de cuclillas frente a Hyoyeon, Hyukjae movió la mano, golpeando el aire con cada sílaba.

–So-ció-pa-ta. ¿Tengo que hacerte un dibujo? –lo miró sobre el hombro y Donghae tragó saliva. ¿Qué se suponía que debía hacer?– El caso es que solo he venido porque Donghae pensaba que debía hacerlo.

–Gracias, entonces. –le sonrió Jungsoo. Donghae le respondió igual, relajándose un poco en la silla. Hyukjae volvió a ponerse en pie, saltó de la mesa y se sentó en una silla a su lado– Mira, Hyukjae, si te hemos llamado es precisamente porque creemos que puedes... ayudar con tu forma de pensar.

Crown [EunHae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora