Crown [EunHae +18]

Capítulo 32

—Servicios a la comunidad. —masculló otra vez, tirado en el sofá con la cabeza colgando— Servicios a la comunidad. Servicios... —soltó aire por la nariz— a la comunidad —bufó.

Donghae lo miraba riendo en silencio. Sabía de sobra que a Hyukjae no le gustaba la idea de ayudar a la gente, y si se trataba de limpiar los pasillos de un colegio todas las tardes durante seis meses, menos. Con lo mucho que Hyukjae odiaba a los niños, no quería ni imaginárselo en un lugar donde la mayoría tenían entre tres y once años. Pero siempre era mejor eso que ir a la cárcel, ¿no? Él había cumplido su trabajo como abogado de Hyukjae librándolo de acabar entre rejas, otra cosa era que no se mereciera un pequeño castigo.

—Donghae —oyó y miró a su derecha. Hyukjae fruncía los labios tiernamente; se deslizó hasta estar tumbado en la moqueta con solo los pies sobre el sofá y abrió los brazos totalmente—, mátame.

—¿Qué? —la risa comenzó a sonar desde su garganta y movió la cabeza con diversión— No seas exagerado.

Con una mirada de resignación demasiado dramática, Hyukjae suspiró de forma sonora y se echó los brazos sobre la cara.

—Entonces déjame morir aquí.

—¡Hyuk! —rió, viéndolo apretar los brazos contra su propio rostro. No iba a ahogarse de esa forma, de todos modos, tanto él como Hyukjae sabían que de esa forma solo estaba haciendo el tonto. Pero obviamente a ninguno le molestaba ese hecho. Al notar que no se movía, se obligó a levantarse y se arrodilló a su lado— Seguro que no es tan malo.

Apartando solo el brazo que cubría desde la nariz hacia abajo, Hyukjae siguió frunciendo los labios como un niño cabreado.

—Eso lo dices tú, que tienes la misma edad mental que ellos.

Falsamente indignado, Donghae le golpeó suavemente en el pecho. Hyukjae volvió a dejar caer el brazo y habló de forma casi incomprensible. Después de pedirle que lo repitiera, Donghae terminó inclinándose sobre él para oírlo, pero Hyukjae no dijo nada más, así que se enderezó.

—Bueno, podría ir a ayudarte de vez en cuando si quieres.

Apartando ahora el brazo que tapaba sus ojos, Hyukjae lo miró. Donghae esperaba una respuesta típica, algo que redundara que Hyukjae lo creía estúpido, con la edad mental de un niño, cosa que no le importaba para nada, que incluso lo halagaba. No podía decir por sí mismo, solo con los ojos que lo observaban fijamente, si Hyukjae iba a aceptar o no. Aunque a él le hacía cierta ilusión eso de trabajar con niños, sobre todo teniendo a Hyukjae con él, y aún más sabiendo lo divertido que iba a ser ver a Hyukjae quejándose, huyendo de los niños hiperativos, o ahuyentándolos, quizá discutiendo con alguno como si tuvieran la misma edad como había sucedido con Jeno, llamándolos "humanos sin desarrollar"... Había tantas razones por las que quería que Hyukjae le dijera que sí a su oferta que sabía que tenía una sonrisa bastante insistente en el rostro mientras esperaba a que su querido sociópata dijera algo de una vez.

—Justo cuando creía que nada me podía sorprender... —masculló de repente. Donghae frunció el ceño; por una parte, no había entendido lo que quería decir con ello, por otra no era la respuesta que quería. Hyukjae se sentó frente a él, con las piernas cruzadas y se echó hacia atrás, dejando que sus manos lo sujetaran. Movió el cuello hasta que el propio Donghae pudo oírlo crujir y solo entonces volvió a mirarlo. Y sonrió— Primero, me enamoro, y ahora necesito ayuda. ¿Que será lo próximo: no querer comer fresas?

Donghae se quedó mirándolo sin saber qué decir; solo pudo responder a su bonita sonrisa y verlo inclinarse hasta que sus caras estuvieron muy cerca. Entonces Hyukjae le acarició el pelo y retrocedió hasta estar sentado como una persona normal. Se rascó la barbilla, dejando a Donghae sin saber si estaba pensando o solo fingía que lo hacía y estuvo así durante varios segundos en los que él mismo tomó y soltó aire porque, aunque no tenía miedo, sí sentía la incertidumbre de no saber qué pasaba por su Palacio.