Aquellos días habían sido con diferencia los más largos de su vida. Era viernes al fin y el sábado por la tarde acompañaría a su madre al aeropuerto. Tenía tantas ganas de deshacerse de ella. Y es que, como si no hubiese sido poco con haberlos interrumpido aquella noche, se había pasado pegada a ellos el resto del tiempo. Más bien pegada a él, Hyukjae había estado fuera de casa prácticamente hasta la hora de la cena todos los días. Una parte de él le pedía que averiguara qué era lo que hacía. La otra, bastante más grande y razonable, le decía que lo dejara en paz. Hyukjae era un adulto, incluso tenía cuatro años más que él, era muy inteligente y sabía perfectamente lo que hacía. Bueno, la mayoría de las veces.
Estiró los brazos después de terminar los deberes para poder dormir hasta tarde al día siguiente, acompañar a su madre al aeropuerto e ir a la fiesta con Ryeowook y Yesung por la noche. No quería arriesgarse a estar agotado el domingo y no tener ganas de hacer nada porque podía jugarse el poco curso que le quedaba.
Se dejó caer en el sofá junto a su madre, que comía snacks traídos desde Londres, mientras Hyukjae yacía tirado en una almohada en el suelo, con los auriculares puestos y jugando con su móvil. Era la primera vez que lo veía hacer eso y lo sorprendió tanto que no pudo evitar inclinarse para ver qué hacía. Hyukjae no pareció percatarse de lo que hacía y continuó moviendo sus dedos arriba y abajo sobre los caramelos.
—¿Está jugando al Candy Crash? —se rió en voz baja.
Hyukjae lo miró de reojo y levantó la pantalla hacia él.
—Un juego de dulces dentro de un teléfono móvil. Es tan básico y estúpido...
Donghae sonrió con diversión. Sí, sería “básico y estúpido”, pero ya iba por un nivel altísimo o al menos a él le había parecido ver más de tres números. Se encogió de hombros dejándose caer contra el respaldo del sofá. No iba a preguntar ni a decir nada, no pensaba empezar una conversación, simplemente quería que aquellas veinticuatro horas pasaran lo más rápido posible para poder estar bailando con Ryeowook. Miró a Hyukjae de reojo, ¿debía ofrecerle acompañarlos? Sacudió la cabeza, ni de broma.
Apoyó el codo en el brazo del sofá dirigiendo por fin su mirada a la televisión. Su madre había puesto las noticias, como siempre, porque ella no sabía ver otra cosa. Pero como tampoco quería comenzar nada con ella, simplemente intentó centrarse en lo que ocurría en la pantalla.
El inspector Choi Siwon, ese que había salido en las noticias de Londres cuando las había puesto en el avión, estaba en Seúl. Vestía un traje, tenía un aspecto impecable, y terminaba de leer algo a lo que Donghae no había prestado atención. Bajó el papel escrito, arrugado y con forma de nube que tenía en sus manos y miró fijamente a la cámara con el ceño fruncido.
“—¿Querías que viniera? Bien, ya estoy en Seúl. Adelante, Eunhyuk, te estaré esperando con todo mi equipo, así que ataca. Esta vez te atraparemos. Vas a terminar en la cárcel como la lagartija que eres.”
Su madre asintió efusivamente a su lado. Donghae no supo si secundarla. Ahora que vivía con Hyukjae, sabía lo mucho que una persona podía llegar a aburrirse y la de tonterías que era capaz de hacer alguien para contrarrestarlo, aunque estaba seguro de su amigo no sería capaz de hacer tales barbaridades como Eunhyuk... ¿verdad?
—Así se habla. Ese psicópata debería pasar el resto de sus días en la cárcel. —la oyó decir, señalando la televisión con un ganchito de queso. Puso los ojos en blanco; tampoco era para tanto, ¿no? El chico ni siquiera robaba las cosas. Solo había destruido varias propiedades privadas y jugado con la seguridad de muchos países porque, sencillamente, se aburría. Pero no había matado a nadie ni nada parecido— ¿Tú qué piensas, bebé?
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Crown [EunHae +18]
Fanfiction«En un mundo de habitaciones cerradas, el hombre con la llave es el rey y, cariño, deberías verme con una corona» Eunhyuk está aburrido de ser el mejor y más buscado ladrón de todo el mundo, de que nadie sea lo suficientemente bueno como para captur...