Capítulo 34. Fin

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Golpes. Más y más golpes. Heechul se pasó las manos por la cara antes de mirar el reloj sobre su mesilla. ¿Quién diablos golpeaba su puerta a las cuatro y media de la mañana?

–¡Heechuuuuuul!

Hyukjae. Por supuesto que tenía que ser Hyukjae.

Se levantó lo más rápido que el sueño le dejó, metió los pies en las zapatillas de ir por casa y bostezó. Frotándose los ojos, salió de su habitación y bajó las escaleras hasta la puerta que seguía siendo golpeada con insistencia. Cuando abrió, su hermanastro entró sin siquiera saludar, con una libreta bajo el brazo.

–¿Por qué cierras las ventanas? –preguntó, dando media vuelta. Llevaba un bolígrafo sobre la oreja y las gafas sobre la nariz.

Heechul cerró la puerta, cruzándose de brazos.

–¿Has intentado entrar? –realmente no le sorprendía. No era la primera vez que Hyukjae entraba en su casa sin pedir permiso. Incluso lo había interrumpido en pleno acto con Hangeng, a quien por fin había logrado conquistar.

Sonrió para sí mismo y se obligó a dejar de hacerlo cuando oyó a Hyukjae responder con irritación.

–¡Sí! ¡Me estoy volviendo loco y necesito tu ayuda! –¿se estaba "volviendo" loco? Rió. Abrió la boca para decir exactamente lo que esa expresión le hacía pensar y sin embargo un dedo lo apuntó. Hyukjae no estaba de buen humor– No hagas el chiste.

–Vale –rió–. ¿Qué necesitas?

Hyukjae dio media vuelta y caminó hasta la cocina, sin más, dejando que Heechul suspirase y se frotara los brazos porque hacía frío incluso con el pijama de manga larga. Luego fue tras él y se apoyó en el marco de la puerta. Volvió a reír, ya más despierto, viendo a su hermano pequeño con la libreta abierta frente a él, el bolígrafo entre los dedos y bebiéndose un pequeño cartón de leche de fresa con necesidad.

Entonces recordó lo que posiblemente estaba agobiando tanto al menor, eso que llevaba ayudándoles a preparar a él y Donghae durante los últimos cuatro meses junto con Sungmin. Al fin era enero. Al fin su hermanito iba a casarse.

–¿Qué estás escribiendo?

Anduvo hasta posarse detrás de él, apretando el respaldo de su silla con las dos manos. Hyukjae tamborileó los dedos sobre la mesa.

–Los votos. –frunció el ceño.

–¿Los votos? ¿Ahora? Quedan ocho horas, Hyuk.

–¿Te crees que no lo sé? –cruzó los brazos y empezó a mover la pierna con nerviosismo. Heechul se inclinó para ver qué había en la libreta pero lo único que pudo leer en ella fue el nombre del que iba a ser su cuñado repetido tontamente por toda la hoja– Por eso necesito que me ayudes. Según Internet tengo que escribir cuánto quiero a Donghae y por qué quiero casarme con él. Pero ni sé cuánto le quiero ni sé por qué quiero casarme con él.

–¿Y cómo quieres que te ayude con eso?

Hyukjae frunció los labios, echando su cabeza totalmente hacia atrás para mirarlo. Heechul aprovechó para acariciar despacio las cicatrices en su cuello mientras lo oía hablar.

–Has ido a muchas bodas. Dame alguna idea.

–Tienes que salirte del corazón. No puedo hacer nada al respecto.

Soltando aire por la nariz, Hyukjae dejó que su cabeza cayera ahora hacia delante y su frente golpeara la libreta. Lloriqueó, pasándose las manos por su pelo blanco.

–A mí no me salen las cosas del corazón, me salen del Palacio, y en él no hay nada de eso. Como no lo compare con una fresa, cosa que ya hago, no se me ocurre nada... Las bodas son un asco.

Crown [EunHae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora