Capítulo 19

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–Supongo que a la tercera será la vencida, ¿no es eso lo que dicen?

Asintió mientras apretaba el teléfono con pena entre los dedos, oyendo el suspiro de Ryeowook del otro lado. Era increíble cómo ambos sábados que habían quedado, algo había terminado saliendo mal. Bueno -sonrió para sí mismo- no tan mal, después de todo, porque ser arrastrado desde el aeropuerto hasta casa para recibir el cuerpo de Hyukjae no era precisamente malo. Pero eso Ryeowook no lo sabía y después de haberse pasado todo el camino en autobús hablando por teléfono sobre lo bien que se lo iban a pasar en el zoo, había tenido que caerse ese árbol artificial y destrozar parte del hábitat de los koalas.

–Lo siento mucho, Ryeo. –suspiró, apoyado en la pared junto a la puerta cerrada. Miró el cartel que indicaba el cierre temporal del zoo y cómo Hyukjae, sentado en el suelo, parecía estarse durmiendo sobre sus propias manos. No quería sonreír porque no era el momento, pero fue inevitable– Incluso había traído a Hyukjae para que lo conocieras.

–¿En serio?

–Claro. –mintió. En realidad, no había querido siquiera pensar en que Hyukjae se pasara todo el día llamando estúpidos a los animales o mirando mal a las personas o que simplemente fuera irrespetuoso con Ryeowook. No había querido llevar a Hyukjae consigo. Pero, ¿cómo decirle que no si parecía un niño de cinco años? ¿Cómo decirle que no si parecía tan entusiasmado por ver a los delfines? ¿Cómo negarse a pasar más tiempo con él? Sencillamente había caído en sus redes una vez más aunque eso arriesgara ciertos aspectos de su amistad con Ryeowook– Nos vemos el lunes, ¿vale?

–Gracias por venir, Hae. A la próxima Hyukjae y tú entraréis gratis.

Un jadeo ilusionado salió de su garganta; ¡gratis! Ryeowook rió del otro lado y, entre risas, bromas y cosas que iban en serio pero que no lo parecieron, ambos terminaron colgando. Se guardó el móvil en el bolsillo del pantalón mientras se pasaba una mano por el pelo, dudando entre girarse hacia Hyukjae y decirle que se fueran a casa o, girarse de todo modos, y contárselo para ver cómo reaccionaba.

Se alejó un par de pasos de la pared, se giró y cerró la boca en cuanto lo vio, con los labios entreabiertos, los ojos cerrados, encogido en el suelo contra la misma pared en la que él había estado apoyado. Eran más de las doce del medio día cuando habían llegado al zoo y Hyukjae ya se había dejado caer en su hombro mientras él hablaba con Ryeowook, aunque no se había imaginado que estaría tan cansado. ¿No había dormido esa noche?

Sonriendo porque la escena era enternecedora, caminó hasta él y se agachó a su lado, apartándole un mechón de la frente.

–Hyuk... –le susurró suavemente. Quería despertarlo, pero con tranquilidad. No tenían prisa y no quería asustarlo ni que se enfadase con él por despertarlo bruscamente. Volvió a decir su nombre cerca de su oído, tocándole la cara– Hyuk, despierta.

Con el corazón en la garganta, Donghae comenzó a pasar su índice por la mejilla de Hyukjae; era suave, a pesar de que lo había visto afeitándose alguna vez sin que éste los supiera. Rió para sí mismo; por supuesto que Hyukjae lo sabía, otra cosa era que no se lo hubiera dicho. Bajó lentamente hasta que llegó al hueso de su marcada mandíbula y lo recorrió hacia la barbilla, oyéndolo suspirar.

Se mordió el labio. En el fondo aquello lo incitaba a dejarlo así, a no despertarlo, quizá incluso a sacar el móvil y sacarle una foto, pero ¿y si se despertaba justo en ese momento? No habría nada más vergonzoso que aquello. No podía arriesgarse. Sin embargo sabía que tampoco podía arriesgarse a ser pillado admirándolo de tal forma y seguía pasando su dedo delicadamente por la piel frente a él.

Bajó por el cuello, pasando por su nuez hasta el borde de la camiseta de manga corta. Hyukjae suspiró otra vez, apretó los labios como cuando estaba profundamente dormido y ladeó más la cabeza. Entonces Donghae tragó saliva, viendo su cuello justo delante de sus ojos. Estaba lleno de pequeñas líneas blancas, de cicatrices que no se veían a simple vista como las del resto de su cuerpo. Y desde hueco que unía el cuello con el hombro una larga cicatriz que no recordaba haber visto se perdía hacia la parte bajo su nuca. Al principio temió que fuera reciente, luego se dio cuenta de que tenía el mismo aspecto que los demás.

Crown [EunHae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora