LXIV

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  La ecografía se llevó a cabo, Lucero sonreía al ver cada parte del cuerpo del bebé, aunque no mostraba si era niño o niña, de vez en cuando ella miraba a la puerta esperando que Fernando entrara, pero no, la cita dio fin y él no llegó, el médico le dio las nuevas recomendaciones y las imágenes ecográficas las llevaba en su manos, al salir de la clínica Fernando venía corriendo:

- Llegué!!!

- Quieres ver a tu Hijo? Toma...- Lucero le entregó el sobre con las imágenes.

- Espera. Ya?

- Qué esperabas Fernando? Que Toda la vida estuviera allá sentada para ver si te dignabas llegar?

- Lucero, pero es que...

- Es que qué, es que tu trabajo, es que las reuniones, es que, es que, es que, Me cansé de esto Fernando. Me Cansé.- Lucero alargó su brazo para tomar un taxi, Fernando corrió y se puso en frente de ella.

- Ahí está el auto, Yo te llevo.

- No, debes irte a la oficina.

- Vamos, te llevo a la casa.

- Déjame, Yo puedo irme Sola, quiero estar sola.

- Pero yo no pienso dejarte Sola.

- Dejarme Sola? Ja ja ja Más?

- Hablemos Sí?

- Cuando tengas Tiempo Nos vemos en la casa, si llegas a dormir. – Ella subió al taxi.

-Lucero!!! Lucero!!! LUCERO.

Fernando llamó a Manuel para que lo acompañara a tomar algo, se habían hecho muy buenos amigos; Fernando sentía que no podía llegar alterado ante Lucero, tenía que dejar que las cosas tomaran bonanza.

- Qué sucede?

- No Lo sé, es que en la oficina últimamente está llegando muchas cosas, he estado muy ocupado entre el trabajo y la Universidad, y Lucero no entiende eso.

- Y tú has entendido que ella necesita de tu presencia, de tu atención?

- Si Manuel, He tratado de llegar a casa y verlos despiertos, de encontrar a Mi Esposa y mis hijos esperándome, pero la noche parece que se me acorta.

- Te estás dejando ganar por el trabajo, lo estás poniendo por encima de tu familia.

- Eso Nunca.

- Mírate Fernando, eso es lo que te está sucediendo. Ya casi te gradúas de la Universidad, porque no te relajas un poco con eso, Lucero en este momento necesita de tu compañía.Lucero llega al apartamento, Saluda a sus Hijos que estaban jugando en su cuarto.
- Cómo les fue, Mi Niña?

- Bien Nana.

- Segura?

- Si Nana, segura, vengo algo cansada, quiero recostarme. Chao Mis príncipes ahora vengo a jugar con ustedes.

- Y Fernando?

- Eeee En el trabajo.- Lucero se encierra en su cuarto, se sienta frente a su peinadora, ve su reflejo en el espejo, acaricia su vientre y las lágrimas, sin permiso alguno, se asoman, las limpia, pero ellas siguen saliendo, de repente Lucero pone sus manos sobre el rostro y comienza a llorar.

Amor SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora