Un día Zoe empieza a recibir avioncitos de papel en el buzón de su casa. Al principio cree que se trata de una broma, pero conforme van llegando más y más, se da cuenta de que va en serio; hay dos chicos que compiten por ella en el deporte menos com...
Los días pasaban y Zoe se iba viendo con ambos chicos por separado. Para ella era más cómodo, además se que le daba miedo que se pusieran a discutir si estaban juntos.
Pero últimamente el asunto de Jayden y Astor había pasado de ser una parte de su vida a ser lo único en lo que pensaba. Las palabras de Astor seguían dando vueltas en su cabeza, junto al Clan del Fuego. Sobre este, ya que no había encontrado nada en internet, decidió buscar en las bibliotecas del pueblo. Y no tardó demasiado en encontrar algo.
Leía un poco cada noche, y cada vez estaba más convencida de que el hecho de que Astor le hablara sobre el Clan no era mera casualidad. Algo pasaba con Jayden y Astor, y fuera lo que fuera, tenía relación con el Clan del Fuego.
Por eso, aquella tarde, Zoe le preguntó a Astor sobre lo que le había dicho anteriormente con esa voz misteriosa y asustada.
-No puedo hablar de eso .-le respondió él- Tendrás que conformarte con lo que te dije.
-¿Por qué no puedes contármelo?
-Porque contártelo sería hacerte daño.
Los ojos ambarinos del chico se posaron en los suyos, y en ese momento, ella se dio cuenta de que él la quería de verdad.
-Tengo miedo de que ese secreto me implique, Astor. Yo no sé nada de vosotros fuera de vuestro nombre y vuestros gustos. ¿Entiendes que no puedo confiar en ninguno si sé que me ocultáis algo?
-Zoe, de verdad que yo... -suspiró- lo siento. No puedo arriesgarme a perderte.
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