Un día Zoe empieza a recibir avioncitos de papel en el buzón de su casa. Al principio cree que se trata de una broma, pero conforme van llegando más y más, se da cuenta de que va en serio; hay dos chicos que compiten por ella en el deporte menos com...
Los primeros dos días del mes habían pasado sin problemas. No obstante, al tercero, Zoe recibió un avión de papel que alteró aquella calma.
La de ahora es un poco más complicada. Pregúntale a Astor por qué él y Jayden vivían tan apartados del resto del Clan. Sé insistente pero no pesada. Ah, y como veo que te lo preguntas constantemente; no. La Helada no tiene poderes, humana.
D.
La carta del tal D. hizo que Zoe se sintiera impotente y frágil como nunca. Así que decidió dar muestras de que no podría manejarla como a una marioneta.
Cumpliré lo que me pidas, siempre y cuando no nos dañe ni a Astor ni a mí. Y para que lo sepas, tengo poderes y Astor lo sabe. Según tengo entendido, sus poderes son mucho mayores de lo normal, ¿no? Vale, pues los míos superan con creces a los de Astor. Así que no me hables como si fuera una muñeca de trapo.
Zoe.
Dobló el mensaje en forma de avión y lo dejó en su buzón. Quizás se había arriesgado demasiado poniendo que tenía poderes (cosa que no estaba segura) y que, para colmo, superaban a los de Astor.
Respiró hondo. Se sintio infantil al instante por haberle seguido el juego a D, y por haberle respondido como una cria responde a una vacilada: Volvio a tomar aire.
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-Lo hecho, hecho está. -susurró para si misma mientras salía del jardín nevado.
No sabía que al cabo de un par horas, dos ojos amarillos llenos de ira leerían ese mensaje y lo quemarían sin piedad con tan sólo una mirada.
