(un capítulo largo, para celebrar mi vuelta!! :) ) Gracias por leerme <3
Gray abrió la puerta ante sus visitantes. Reconoció enseguida el rostro de ella, de tez pálida y pelo cobrizo y grandes ojos grises. Su acompañante no le inspiró confianza: olía a cenizas bajo todas las capas que llevaba. Sus fieros ojos ambarinos se lo confirmaron: era uno de ellos. Zoe le había explicado brevemente la situación en el supermercado, pero aún así, le impresionó ver a los dos mundos en guerra de la mano. Por mucho que detestara a los Ígneos, aquella pareja ostentaba un gran poder, como mínimo, simbólico.
-Adelante.
Cuando estrechó manos con Astor, Gray pudo sentir como su piel se erizaba; y supo que la de él también lo había hecho. Ambos desconocían que eran los más poderosos de entre los suyos.
Se acomodaron en el salón de la mansión Zafiro, la gran casa donde los Gélidos habían convivido durante años. Hasta hacía relativamente poco, existían otras residencias ocupadas por Gélidos, puesto que la mansión no daba de sí. En aquel momento, todos cabían allí dentro.
-En primer lugar, bienvenidos. Lo más justo es que me presente oficialmente ante vosotros. Mi nombre es Gray Quainel, tengo veinticinco años. Vivo aquí desde hace cuatro. Soy el último de los cuatro líderes Gélidos. -le dolió no poder incluir a Hella en ellos.
-Lo justo sería que explicaras qué eres. -terció Astor. Gray lo analizó detenidamente antes de contestarle. La hostilidad entre ellos era tan manifiesta que Zoe pensó que podría haberla tocado con la mano.
-Deberíais primero introducirte tú. Quizás sabes más que yo incluso.
-Astor, de los Zach-Ry. Me capturaron en el último enfrentamiento mientras luchaba por los Rojos, y después abandoné el Clan. Desconocía que existía más gente como Zoe. Como tú.
Dijo aquellas palabras sin pesadumbre, cosa que fue un alivio tanto para Zoe -porque poco a poco Astor superaba su pasado- como para Gray -porque le quitaba peligrosidad a su presencia.
-El Clan del Fuego funciona a través de leyendas y rumores, a veces verdaderos, otras ficticios. -comenzó Gray- Pero es orden natural que todo lo que exista tenga un hermano opuesto, antitético. El Clan del Fuego pensó, y sigue pensando, que esta dicotomía la constituyen los Fuegos Azules y los Fuegos Rojos; y que existe una supuesta deidad encarnada en... algo; La Helada, que puede ayudarles a salir del Clan o a liderar éste. . Todo eso es mentira.
Zoe no pudo evitar contemplar a Astor recibiendo aquella información. Toda su vida se había vertebrado en el Clan, y tras huir de él, en la Helada. Los pilares que habían sustentado sus acciones pasadas estaban deshaciéndose a palabras.
-La verdadera dicotomía es la del Hielo y el Fuego. Por eso pasan cosas cuando los Ígneos y los Gélidos se enfrentan. Pero también pasan cosas cuando uno de ellos entrega todo al otro. Es decir, ir en contra o a favor de la naturaleza a través del odio y el amor.
-No entiendo...
-Zoe, el Hielo y el Fuego fueron concebidos para ser enemigos, para anularse, para erradicar al otro al mínimo contacto. La guerra es su estado natural.
-Pero nunca se han enfrentado el Hielo y el Fuego.
-No que sepamos. Las disputas han sido siempre esos Ígneos. -Gray esbozó una sonrisa irónica, a la que Astor quería replicar. La pregunta de Zoe se lo impidió.
-No entiendo nada. Entonces, nosotros... -masculló, refiriéndose a la relación entre ella y Astor- no tiene sentido. No podemos estar predestinados a odiarnos. Si no, no estaríamos aquí.
Astor la observó entonces, comprendiendo. ¿Qué sentido tenía que la amara si todo en ellos había sido creado con el simple propósito de enemistarlos? Si Gray no hubiera estado delante, se habría lanzado a abrazarla para asegurarle que él nunca se iría de su lado. Hielo, Fuego o lo que fuera.
-Lo sé, Zoe Wellington. -cuando lo dijo, Gray sonó exhausto del tema. Parecía haberle dado mil vueltas desde su primer encuentro- Es por eso que creo que tú no eres...
-¿No soy qué? - una niña normal y corriente, La Helada, una prófuga, ¿qué le tocaba ser ahora?
-No eres una Ígnea.
Zoe y Astor resoplaron al mismo tiempo, descartando lo obvio. No obstante, Gray aún no había hecho su sentencia final.
-Pero tampoco una Gélida.
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Aviones de Papel
FantasyUn día Zoe empieza a recibir avioncitos de papel en el buzón de su casa. Al principio cree que se trata de una broma, pero conforme van llegando más y más, se da cuenta de que va en serio; hay dos chicos que compiten por ella en el deporte menos com...