-¡No pasa nada, Zoe! -chilló Jayden en cuanto ella habló. Parecía exasperado y cansado de la misma pregunta- Astor y yo tenemos ciertos asuntos personales...
-¡Que me implican a mí!
-No te implican a ti, Zoe. No es de ti de quién hablamos.
Zoe, a punto de llorar, se giró hacia Astor en busca de apoyo. Quería gritar que él sí le había dicho algo referente a todo aquello, pero le daba miedo que Jayden se enfadara con ambos. Y Astor vio ese miedo reflejado en el rostro de la chica.
-Zoe, escúchame bien. -dijo el chico, clavando sus ojos en ella, casi suplicándole.- Todo lo que te he dicho, suscitado o sugerido... olvídalo, ¿vale?
Una lágrima resbaló por su mejilla cuando Astor lo dijo. Jayden, en cambio, lo miró apremiante.
-He mezclado nuestra amistad -siguió- con mis problemas personales. Y lo siento de veras. Lo he hecho sin querer, no quería preocuparte ni hacerte pensar que estás en peligro, ni que te creyeras esa chorrada del Clan del Fuego... Lo siento, de verdad.
Zoe no creía lo que estaba escuchando. No era capaz de reaccionar, sólo sentía como las lágrimas rodaban por su rostro sin control.
-Por eso, -Astor no había terminado- he decidido retirarme.
No podía estar diciéndolo. Jayden le miró serio, sin piedad.
-Si te he hecho todo esto, quiere decir que en el fondo no te quiero. Adiós, Zoe. Lo siento.
Se dió media vuelta, y en lo que pareció una eternidad, se perdió en la espesura del bosque nevado.
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Aviones de Papel
FantasyUn día Zoe empieza a recibir avioncitos de papel en el buzón de su casa. Al principio cree que se trata de una broma, pero conforme van llegando más y más, se da cuenta de que va en serio; hay dos chicos que compiten por ella en el deporte menos com...