-Astor.
Él estaba sentado en el sofá, en frente de la chimenea. Sus ojos ambarinos, fijados en el fuego, demostraban que su mente estaba muy lejos de ahí.
En cuanto oyó la voz de Zoë, se volvió hacia ella. Sonrió, se levantó y le dio un pequeño beso de buenos días.
-Hay algo que tengo que contarte.
-Sorpréndeme. -respondió él, sentándose de nuevo. Zoe lo imitó y se acomodó en el sofá.
-El día que vinimos, encontré otro avión de papel en el abrigo.
Notó como el cuerpo de Astor se tensaba al instante.
-Mira. -sacó la carta y se la tendió para que la leyera.
Querida Zoe, hemos venido a buscarte. No sabemos si eres consciente del valor que tienes, pero estás rodeada de peligros. Acude mañana a la dirección que encontrarás escrita en una carta en tu buzón. Estamos de tu parte, confía en nosotros . -Hella.-No entiendo nada, Zoe. Hella ... no me suena conocer a ningún miembro del Clan con ese nombre... ¿cómo sabe que eres la Helada? Porque, con lo de "no eres consciente del valor que tienes", doy por hecho que se refiere a tus poderes...
-No tengo ni idea. -replicó ella.
-Pero ya deberías haber acudido a ese sitio desde hace días, así que ya no hay peligro...
-Espera, la carta no es todo.
Astor alzó la mirada, claramente exhausto de todo aquel asunto.
-Ayer en el supermercado me encontré con un hombre... no tendría más de 25 años. El pelo rubio casi blanco, los ojos azules... parecía un Sash-Ly. En cuanto lo vi me asusté, pero había algo en él...tenía algo que me inspiraba confianza.
Zoe relató el encuentro.
-Me dio su dirección. Deberíamos ir.
Astor la miraba, aún alucinando.
-Eso... si ese hombre puede controlar el hielo como tú... quiere decir que no hay una sola Helada. Hay más.
-Exacto.
-Oh, Dios mío.
-¿Tan grave es?
Astor suspiró, dejándose caer sobre el sofá.
-Piénsalo, Zoe. Llevamos milenios buscando a la Helada, algunos para librarse del fuego; otros para tener más poder. Imagínate que existieran varias personas como tú. Eso quiere decir que aún más Ígneos podrían acceder al poder máximo. No todos, claro. Y piensa esto último: si se descubriera que hay más de una Helada, cualquier ígneo que se precie, mataría a los suyos para hacerse con ese poder. Dioses, ¿por qué todo desemboca en conflicto?
-No lo sé -respondió ella, abrumada por las teorías de Astor- pero esta vez podríamos evitarlo. Si vosotros no sabíais de ellos, quizás ellos no sepan de vosotros. Aún hay tiempo.
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Aviones de Papel
FantasyUn día Zoe empieza a recibir avioncitos de papel en el buzón de su casa. Al principio cree que se trata de una broma, pero conforme van llegando más y más, se da cuenta de que va en serio; hay dos chicos que compiten por ella en el deporte menos com...