31.Unidos

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-Díos mío. Entonces esta pesadilla aún no ha acabado.

-No.-mustió Astor- Me quedaré aquí para asegurarme de que nadie te vuelve a encontrar y que nadie vuelve a intentar hacerte daño. No sabrás que estoy ahí, te lo prometo. No volverás a ver un pelo de mí, si hace falta.

-Astor, ya te lo he dicho antes. No... quiero que te vayas. Soy la Helada, y estoy convencida de que tengo alguna clase de poder. Y prefiero tener alguien cerca a quién pueda confiar esos secretos. Y además, qué te voy a decir, quiero estar contigo.

-Estar conmigo entraña cierto riesgo, y lo sabes. Si me descubren a la primera persona a la que acudirán es a ti.

-No lo entiendo, ¿por qué están en contra tuyo?

Astor apartó la mirada, serio. Algo en su expresión revelaba que no quería hablar de eso, ni siquiera tener que recordarlo.

-Está bien. Ya me lo dirás cuando estés listo. Aunque me da rabia tener que esperar a eso siendo que me habéis manipulado como una marioneta. Sobretodo Jayden, pero tú también.

-No, Zoe te equivocas. El plan inicial era hacernos amigos tuyos y, si en algún momento sentías algo por alguno, besarte y por fin librarnos del Fuego. Bueno, vale, suena un poco mal. Lo siento.

-Vamos, que desde el principio, ninguno habéis sentido nada por mí.

-No es cierto. Es verdad que al principio, ningún de los dos sentía nada por ti, y es posible que Jayden nunca lo haya hecho. Pero yo sí, Zoe. Yo estoy enamorado de ti, y de verdad.

-Entonces, bésame, y por fin podrás librarte del Fuego. Te creo, Astor, y yo tambiéne stoy enamorada de ti. Así que no me importa.

El chico no supo como reaccionar. Los humanos eran tan capaces de exteriorizar sus sentimientos... Cuanto más poder, menos humano. Por eso Jayden podía hacerse pasar por uno de ellos tan fácilmente, y por eso abandonó toda gota de piedad en cuanto recibió el poder de la Helada.

-No puedo, Zoe. Si te beso, tendré que elegir entre tener más poder o dejar de tenerlo. Y la primera, al menos, es mortal para ti. 

Zoe no sabía que responder a eso. Entonces, ¿pretendían besarla para librarse del Fuego, sin tener en cuenta que no sabían que le pasaría a Zoe después del beso? Un dolor agudo la invadió. En parte, porque al principio la habían engañado como a una tonta, y por otra parte, porque según lo que Astor le había dicho, nunca le podría dar un beso.

-Lo siento de veras. Lo siento. Con el tiempo dejarás de quererme, y comenzarás una vida normal, y te olvidarás de que sigo ahí, velando por tu seguridad. Con el tiempo, yo no habré existido nunca, Zoe. Y no pasa nada -añadió al ver las lágrimas que nacían en los ojos de la chica- es lo que hacéis los humanos, lo que tienes que hacer. 

-Es posible que pase eso Astor, pero aprovecharé esto mientras dure.

Y ambos se fundieron en un tierno abrazo, cálido y frío al mismo tiempo. Y en voz baja, muy baja, casi inaudible, Zoe se lo prometió. 

Le juró que nunca le olvidaría .


FIN

Heeeey mis queridos lectores, aquí termina Aviones de Papel. Espero que os haya gustado. La empecé como una más, pero la verdad es que le he cogido cariño a la historia y a sus personajes, así que me estoy planteando hacer una segunda parte. ¿Qué opináis?

Muchas gracias por leerme, espero que la hayáis disfrutado.

Aviones de PapelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora