Realidad

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-¡Zoe! ¡Zoe! Dios mío...
Astor llegó unos minutos después. Tenía la cara salpicada de sangre por el golpe de Jayden, así como todo el cuerpo magullado.
Pero no era eso lo que le preocupaba. Ver a Zoe, con el rostro más blanco que la nieve que les rodeaba, sentada, sollozando y mirando mientras tanto el cadáver pétreo de Jayden, acariciando su bello rostro.
-Zoe, yo... Dios mío. Sé que es difícil aceptar esto...
-Habéis jugado conmigo.
-Yo no, Zoe. Te lo intenté decir de manera que ningún otro pudiera saberlo. Te mandé los enlaces, la información, derretí la nieve de tu buzón, te dije eso aquel día... De hecho, me había asegurado de que solo estuviéramos Jayden y yo, y ningún otro...
-Los otros que me iban a encontrar, ¿no? Los que me iban a hacer daño.
-Sí. No sabían nada de que estabas aquí y yo estaba decidido a contártelo. Pero por una parte, Jayden me comía la cabeza diciéndome que no debería decírtelo, y por otra, no quería perderte.
-¿Y en todo este tiempo no te diste cuenta de que Jayden no era quien decía ser?
-Claro que sí. Os vigilaba en vuestras citas y controlaba lo que Jayden hacía siempre.
-¿Y como es que ha pasado todo esto entonces? ¿Por qué diablos no estabas aquí para impedir el beso, o que yo me estuviese muriendo de dolor?
-En una de vuestras últimas citas, hablaste sobre Marcos.
Eso pilló a Zoe por sorpresa.
-Estabas enfadada y a mi también me dio rabia que ese estúpido... Te vi tan molesta y cabreada que decidí darle una lección a Marcos. Por la noche, fui a su casa y le pegué un puñetazo que seguro que le has notado.
-Tiene una marca roja en toda la parte izquierda de la cara.
-Es gracias a mí.
-¿Y qué tiene que ver eso con que llegaras tarde?
-Como usé mis poderes, el resto se alertaron. Jayden les mintió y les dijo que me atraparan porque yo estaba poniendo en peligro al secreto del Clan. Yo no me lo esperaba y me pegaron una buena paliza. Creían que estaba muerto, incluido Jayden. En cuanto desperté vine aquí lo más rápido posible, pero no pude evitarlo.
Zoe estaba atónita por como alguien había arriesgado así su vida por ella.
-No puedo creerme aún todo esto. -susurró.
-No hace falta que lo hagas. Si... Si es necesario, desapareceré, me llevaré a Jayden y me aseguraré de que nadie nunca más te encuentre. El Clan será solo un mal recuerdo. Solo tienes que pedírmelo.
-Quiero una vida normal y aburrida, Astor. Quiero no tener pesadillas con el cadáver de Jayden. Quiero vivir sin miedo a que soy vuestra cura y vuestro arma más poderosa. Quiero vivir sin saber nada más del Clan del Fuego. Pero no quiero vivir sin ti.

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