Zoe tenía que estar haciendo algo continuamente. Le valía con moverse, pasear, leer, dibujar, siempre y cuando no fuera nada relacionado con el fuego, ni con Astor, ni nada que se acercara lo más mínimo.
Se arrepentía. De no haber insistido, de haber sido tan orgullosa y de haberle gritado que era él el peligro. También de no haber confiado en él y de no haberse aguantado la curiosidad... en general se arrepentía de todo.
Y cada vez que recordaba que habían prometido besarse al final del mes... ahora sólo eran palabras rotas, hechas trizas, que ya no valían para nada si Astor no estaba ahí, con ella.
Encima, sabía que nunca podría olvidarlo. Porque hasta el día de su muerte, los del Clan la seguirían buscando. Su vida iba a consistir en aguantar allí hasta que le encontraran, y una vez la encontrasen, sólo huir, huir y huir. Sola.
El Clan del Fuego estaría siempre presente, y eso haría olvidar el recuerdo de Astor imposible.
Los días pasaban cargados de impotencia, de dudas y de temores. Si D sabía que ya no estaban juntos, ¿revelaría donde estaba la Helada? Encima, Zoe había sido tan estúpida de dejar que Astor se fuera con la carta, sin saber que ponía en ella... ¿Diría Astor algo sobre ella? No, no sería capaz... ¿O sí?
Al final Zoe terminaba tirada en su cama, o en la nieve silenciosa del bosque, sollozando y murmurando palabras de odio y amor.
Realmente, lo único útil que hacía esos días amargos era ir al instituto y poner en práctica sus poderes. Era la única cosa que la hacía sentir un poco mejor, aunque, sobretodo, la hacía sentir fuerte.
Zoe quería pensar que cuando los del Clan la encontraran, ella sería lo suficientemente fuerte como para defenderse, terminar con ellos o simplemente, despistarlos para huir de allí.
¿Qué le diría a sus padres? Saldría en los periódicos: 'Chica de dieciséis años se escapa de casa sin dejar rastro...' Les partiría el corazón.
Pero los del Clan iban a llegar mucho más pronto de lo que ella esperaba.
Y en una fecha muy especial.
ESTÁS LEYENDO
Aviones de Papel
FantasyUn día Zoe empieza a recibir avioncitos de papel en el buzón de su casa. Al principio cree que se trata de una broma, pero conforme van llegando más y más, se da cuenta de que va en serio; hay dos chicos que compiten por ella en el deporte menos com...