Capítulo 32

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*Justin POV*

¡Maldita sea mil veces!

¿Cómo no me di cuenta de esto antes?

-¿Podrías calmarte?

-Cierra tu asquerosa boca.-Suelto sin compasión alguna a la chica que está a mi lado.

No creo que insultarla sea el mejor camino para llevar la fiesta en paz, pero al menos me confortaba con saber que le fastidiaba el hecho de que yo la amenazara con alguna idiotez.

El odioso humo sale por mi boca y entonces siento mis coyunturas relajarse casi por completo.

-Solo dime, ¿dónde estaba la marca? ¿Por qué te saliste de mi casa sin avisar? Dime que no hiciste ninguna estupidez.

-Agh.-Me quejo.-Lo que hice o no, es lo de menos. Juro que quiero acabar con este maldito problema de una vez por todas.

-¿Qué vas hacer?

-Iremos ahora mismo donde César. Lamento mucho llevarte allá, pero ya no nos queda de otra opción. Tú corres peligro y la situación me está sacando de mis casillas.

La idea de llevarla a ese lugar no me agradaba para nada. Yo sé que ella no aguantará un jodido segundo ahí, pero la verdad estoy harto de este jueguito. César tendrá que tomar cartas en el asunto y hacer el plan para deshacernos de ese maldito bastardo.

Aviso a mi hermana de mi decisión y le comento sobre lo que he visto en la casa de Alyson. Estoy seguro de que la chica no tiene ni idea de con quien se relaciona, pero al menos yo no podía dejar que la atraparan. Más bien es por mi propio bienestar.

Zayn ya ha despertado, pero sigue delicado de salud. El marica es muy quejón cuando se trata de sus facultades físicas.

-Un maldito consejo para ti. Nunca, pero nunca confíes en nadie. Porque hasta tu propia sangre podría traicionarte.

La chica no parece entenderme, pero solo bastaba con que lo supiera. Estaba realmente irritado con esta situación.

Me llevo una mano a la cabeza y un suspiro sale de mí al presenciar el espantoso lugar al que hemos llegado.-Bájate y no te despegues de mí.

La joven a mi lado acepta insatisfecha, pero ella sabe que no le queda de otra. Estoy seguro de que tanto ella como yo, quiere dejar de ser perseguida por el inepto del Vampiro.

Llegamos hasta la puerta de entrada donde las chicas, mis queridas chicas, nos reciben con alegría.-Bebé, ¿cómo has estado?

La mujer de algunos veinticinco años se resbala en mi pecho y comienza a toquetear todo mi cuerpo.-Preciosa, ahora no.-Le respondo con el mínimo interés. Es importante saber que es difícil resistirse ante semejante tentación.

-Guapo, la última vez me dijiste que me complacerías. No veo que lo haz hecho.

-A ver, a ver. Acabas de ver que acabo de llegar, ¿cierto? Entonces cierra tu puta boca y déjame al menos llegar en paz.-Su espléndida vocecita me sacaba de quicio.

Alyson solo observaba atenta a la situación, pero podía sentir sus ojos irradiando rabia contra mí. Sabía que no le gustaba nada que tratara así a otra persona.

Aún así continué mi trayecto e ignoré a las mujersuelas del lugar. Vaya que eran demasiadas.

Esta era la primera de las tres secciones de la gran guarida de César. Si no había quedado claro, destaco que el lugar es un asco. Comenzando porque la primera sección era el lugar para su multitud de zorritas. Cada una de ellas llenas de joyas y maquillaje. Pechos abultados, caderas extravagantes, en fin, un festín de mujeres.

Secreto mortal (Dylan O'Brien, Justin Bieber) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora