Capítulo 37

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*Alyson POV*

Respiro hondo ante el leve ardor en mi brazo. La enfermera al fin ha removido el suero de mi sistema y el alivio es impresionante.

Hace media hora el doctor me dio de alta del hospital. Gracias a Dios todo ha salido bien y después de una noche de total vigilancia, mi cuerpo ha respondido como se debe.

Aún me siento un poco débil, pero según el médico, es muy normal. Mi alimentación debe ser controlada por unos días y según él, tengo suerte de que mis defensas estén estables.

Doblo mi brazo al momento en que la enfermera inserta una pequeña venda sobre la marca del suero. Doy las gracias a la amable señora y Natalie me ayuda a caminar.

-Puedo sola, pioja.-Le digo mientras río levemente.

-No importa, sigues enfermita. Anda, deja que te consienta por todos estos meses de ausencia.

Aún me entristece recordarlo. Ni si quiera tengo idea de cómo pude soportar tanto tiempo lejos de mi familia y mis amigos. Fue totalmente una locura.

Al salir del pequeño espacio en donde me atendía la enfermera, vi a Dylan quien según mi amiga, había llegado desde muy temprano para visitarme, pero no lo habían dejado pasar por el trámite de mi salida.

Cuando él me vio, sonrío y llegó hasta mi lugar con...

-¿Flores?-Pregunté algo sorprendida, pero sin duda algo emocionada de que las haya traído.

-Así es, Lane. Alguien me dijo que te gustaban mucho las orquídeas color lila.-Confesó dándole una breve ojeada a mi querida amiga.

-Muchas gracias, Lunares. ¡Están hermosas!

-No más que tú.-Contestó después de sonreír abiertamente para mí.

-Que cursi eres, Dylan.-Soltó Natalie quien reprimía las ganas de reír.

-Apuesto a que quisieras que Liam hiciera lo mismo por ti.-Dijo mi chico tratando de refutarla.

-Golpe bajo, Nat. Eres una envidiosa.-Hablé en tono de broma.

Me gustaba ver sonreír a Dylan. Tal parece que el tema de ayer se había esfumado por completo, y eso me alegraba.

Después de varias palabras más, salimos del hospital hacia el auto de Natalie. Le supliqué mil veces que no me llevara a mi casa. Así que iríamos a su casa. Dylan nos seguiría por su cuenta pues dijo que tenía algo importante que decirme.

En el camino conversamos...

-¿Cómo vas con él?-Hablé mientras ella manejaba su auto. Habíamos hablado de todo un poco, pero sin duda el tema de las parejas lo habíamos olvidado.

-Súper.-Contestó con una sonrisa.-Han pasados muchas cosas desde que te fuiste, nena.

-Me imagino, Nat.-Dije algo avergonzada por no haber estado allí con ella. Entonces un silencio incómodo surgió y otra sonrisita apareció en su rostro.-¿Qué? No me digas que...

-Liam y yo... Ya sabes.

<<¡Oh Dios!>>

-¡¿Ya?!

-¡Aja!-Dijo casi como un grito de emoción.-Quería decírtelo en cuanto sucedió, pero ya sabes, tú estabas desaparecida. La verdad me hiciste mucha falta.

-Lo sé.-Di un soplido.- Wow, Nat. No puedo creerlo...

-Sí... Fue increíble.

Jamás pensé que mi amiga perdiera la virginidad antes de casarse. Ella siempre decía que esperaría al matrimonio. Quizás quería hacerse la tradicional, pero a quién engaña. Ella está enamoradísima de Payne y la verdad no la juzgo. Me alegra mucho de que sea tan feliz.

Secreto mortal (Dylan O'Brien, Justin Bieber) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora