*Justin POV*
La voz me tiembla al igual que mis manos. El corazón salta eufóricamente alterando el inhumano dolor en el pecho.
Las lágrimas resbalan en mi mejilla, mas soy incapaz de removerlas. Mi torpeza me lo impide.
Sonidos. Gritos incesantes detrás de la puerta se hacen presente como el sonido retumbante de una bocina. El eco me era insoportable. Ya no podía más.
Tapo mis orejas con la poca paciencia que tenía y luego suelto un desgarrador y espeluznante grito.
Entonces la veo.
Está tirada en el suelo sin movilidad alguna. Segundos antes se retorcía en el suelo. No estoy seguro si de dolor o de qué otra cosa. Me acerco a observarla.
Su piel es pálida, mucho más de lo normal. Sus ojos están raros. Esos hermosos y claros ojos están volteados hacia arriba.
¿Qué demonios mira?
Me pica. Joder, el brazo me pica y es irresistible el hecho de no llevar mi mano a rascarlo.
La puerta suena. Golpes en ella una y otra vez.
No abriré. Estoy bien.
Tomo el polvo tirado en el suelo en mis manos. Lo admiro una y otra vez mientras río. ¿Quién dijo que yo no era feliz? Joder, esto es vida.
Inhalo de golpe el preciado polvillo blanco y una oleada de éxtasis recorre mis fosas nasales.
Espera, espera. ¿Ella se bebió eso?
Le dije que con el alcohol no lo mezclara. ¿Qué más da? Parece que ya lo hizo.
Pero, ¿por qué se queda ahí?
Vuelvo a llegar a su lado y tomo su cabeza entre mis manos que no han dejado de moverse repetitivamente.-¿Meg-Megan?
Ella no dice nada. Sigue con su mirada perdida en el vacío.
No recuerdo por qué ella está aquí. Tenía órdenes de asesinarla y aquí está entre mis brazos. Incluso puedo comparar sus bellos y reales ojos con el que está incrustado en mi piel.
-¡Justin, abre la puerta!-Otra vez ese molesto sonido llega a mis oídos.
¿No entienden que estoy bien?
Vuelvo a reír. Esta vez las lágrimas acompañan el proceso. Es algo contradictorio y extraño a la vez. Acaricio la dulce y delicada mejilla de mi novia y susurro en su oído.-Nena, levántate. Ya te dij-je que no haré lo que César me ordenó. Yo t-te mantendrré a salvo.
Entonces la joven escupe saliva en un movimiento involuntario. No era solo saliva, era una especie de espuma blanca que daba la impresión de que nunca cesaría.
Me separo de ella por el asco que me produce ver la escena. Sonará ilógico, pero aunque sea mi novia, no deja de ser desagradable.
Un último golpe hace que mis sentidos se alteren por completo y pierda el poco control que solía tener.
Me pongo de pie y llego hasta la maldita puerta. Comienzo a jugar con la manigueta hasta dar con la clave para abrirla, proceso el cual se me hizo difícil por la vibración que mis manos producían.
Una vez lo logro, realizo la figura de mi madre y mi hermana menor en la puerta. Ambas hecho un mar de lágrimas y aterrorizadas por mi comportamiento.
ESTÁS LEYENDO
Secreto mortal (Dylan O'Brien, Justin Bieber)
FanfictionÉl no puede descubrir nuestro secreto. Si lo hace, estamos muertos. Al igual que él mismo. •No se aceptan adaptaciones ni algún tipo de plagio