Capítulo 39

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*Alyson POV*

Dylan coloca su última pieza de ropa y levanta el asiento acomodándolo en su lugar.

Es increíble la velocidad en que lo hizo pues aunque ya llevaba el pantalón puesto, aún me encontraba abrochando mi sostén.

-Te ayudo.-Insistió por segunda vez. Sin embargo, aparté sus manos ante el breve contacto con mi piel.

-Ya te dije que puedo sola.-La sequedad de mis palabras hicieron que su rostro se tensara.

-Solo estoy tratando de ayudarte. No tienes que enojarte por eso. Además, sabes que tengo que irme, Alyson.

-Ya no quiero... Sabes, mejor ayúdame con esto y llévame a la casa de una vez.

Estaba sorprendida de lo bipolar que me estaba comportando.

Dylan por su parte, obedeció y terminó de abrochar mi sostén. Luego me arrojó mi blusa que se hacía detrás del asiento y me pasó un abrigo.

-Póntelo. Hace frío.

Yo solo reí irónica.-Acabamos de tener sexo y me dices que me cubra porque hace frío. Dylan, no creo que haya ninguna diferencia.

-¿Acaso esto fue solo sexo? ¿En realidad no sentiste algo más?

Su pregunta me tomó por sorpresa.

La verdad mis actitudes con él habían cambiado desde aquella fastidiosa llamada. Pero sin duda, yo sabía que estaba mal. Solo me sentía inútil de no poder hacer nada para evitar que se fuera.

-No es eso.-Solté.-Claro que sentí muchas cosas, Dylan. Yo te amo y esto ha sido de los momentos más lindos que he pasado en mi vida. Pero entiende que me frustra no saber qué onda contigo.

Dylan encendió el auto después de obligarme a ponerme su abrigo. Sin embargo, no habló del tema. Quizás ya estaba cansado de explicar que todo estaría bien y que yo solo era una loca exagerada que solo complicaba las cosas. Pero coñazo, él es mi novio y tengo derecho a saber lo que sucede con él. ¿O no?

Después de un viaje en total silencio, habíamos llegado a la casa de mi amiga. Eran cerca de las nueve cuando estacionó frente al lugar.

La tensión era abrumadora.

Esperé varios segundos antes de abrir la puerta cuando finalmente me dispuse a hacerlo.

Bajé del auto resentida y respiré hondo para no echarme a llorar. Justamente eso era lo que no quería: terminar enojada con él.

Estuve a segundos de abrir la maldita puerta cuando un leve, pero achacoso dolor en mi entrepierna, que definitivamente se debía a la pérdida de mi virgirnidad, hizo que me detuviera frente a ella.

Un segundo después, la voz de Dylan O'Brien llenó de eco mis oídos.

-¿No te vas a despedir?

Bajé la cabeza rogándole a Dios que me diera las fuerzas para no estallar en llanto y entonces me di vuelta hacia él.

El chico de ojos lindos estaba en mi dirección con sus brazos extendidos y al verlo, ya no pude más.

Mi corazón se aceleró y corrí a abrazarlo con fuerza, como si fuera la última vez. No pude evitar lo siguiente y es que aunque traté de reprimirlas, las lágrimas terminaron de escaparse junto con par sollozos más.

No quería que se fuera.

-Ya, amor. Tranquila.-Consoló el muchacho quien sobaba mi cabello por milésima vez en la noche.-Nos veremos muy pronto.

Secreto mortal (Dylan O'Brien, Justin Bieber) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora