Secreto mortal (Dylan O'Brien, Justin Bieber)

Capítulo 43 (P.2)

-¡Anda! ¡Quítame la maldita máscara!-La irritación lo había consumido por completo y tanto mis compañeros como yo, teníamos miedo a lo que pudiese suceder.-¡¿Por qué no me disparas?! ¡Sabes que Alyson te odiará tanto como yo te odio a ti, imbécil! ¡Lo sabes!

-¡Alyson!-Justin no perdió un segundo antes de actuar.-¡Salgan de aquí, ahora!

Mientras mi cerebro canalizaba la información, Natalie ya estaba a mitad de camino.

¿Por qué ese hombre se empeñaba en decir que yo odiaría a Justin?

A juzgar por la severidad de sus palabras, yo creo que es un loco enfermo.

Ignorando la batalla de pensamientos, di el primer paso hacia adelante.

El cansancio era extremo, no solo por lo que habíamos recorrido, sino también por el esfuerzo físico que había realizado en los últimos días. La carga mental aumentaba el agotamiento y el hambre y la sed hacían de mí una persona aún más débil.

Sin embargo, tenía una meta y esa era llegar a la salida no importando cómo.

Di un paso adelante y luego otro, esta vez más rápido.

Los tiros aumentaban cada vez más su cercanía y sin darme cuenta, estaban justo a mis espaldas.

Traté de ignorar el peligro y me concentré en el Vampiro. Tenía sus manos libres y justo estaba desatando sus pies. Esto estaba más peligroso de lo que realmente parecía ser.

Zayn empuñaba su arma apuntado a diferentes direcciones mientras Justin lo cubría y esperaba por mí.

Una tormenta de disparos se desató en el lugar y antes de que pudiera seguir corriendo, una mano me detuvo.

Sin mirar a la persona, pude sentir quién era, por lo cual posé la vista en el rubio en busca de ayuda.

-¡Suéltala!

-Quédate conmigo, Alyson. Ni se te ocurra dar un paso más porque los mato a todos.-Sin duda era el Vampiro y por la fuerza de su mano, sentía que otro moretón quedaría visible.

-Déjame ir.-Supliqué al borde de las lágrimas.-Por favor. 

-¡Suéltala, imbécil!-Volvió a exigir Justin quien se cubría de los disparos con un auto que había en el lugar.

Desvié mi vista hacia la salida y un golpe de tranquilidad hizo que mis músculos se relajaran un poco. Natalie había llegado sana y salva y justo estaba en la espera de nuestros compañeros y de mí.

Observé cuando abrió la puerta. El auto rojo se hizo lúcido y nítido. No pude distinguir si la chica que lo manejaba era Marie, pero debía dar por sentado de que así era.

Para agudizar la tensión, la chica comenzó a sonar la bocina en un intento de apurarnos, lo cual hacía que me atormentara aún más.

Los refuerzos del Vampiro ya estaban aquí y al parecer, su único objetivo eran los chicos, ya que ni se inmutaban por disparar a mi amiga, cosa que agradecí mentalmente.

-¡Suéltame ya!-Proferí totalmente desesperada. La cosa se estaba yendo de control.

-Dije que te quedas conmigo.-Aunque su voz sonó suave, el tono era totalmente severo y amenazador.-Te lo advierto una vez más. Tú te mueves, y tus amigos mueren. Todos. Incluyendo a tu bella amiga, Natalie.

El terror me invadió de nuevo. Antes de que pudiera decir algo, él habló otra vez.

-Diles que se vayan. ¡Hazlo!