Piso 19

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Le imploré al dolor que no dijese palabra alguna.

Reo del firme lamento de brea intangible en la que sucumbo sin esperanzas.

Zapatos rotos... Fuerte recordatorio de todo el camino recorrido, afligido por lo inexplicable, ciertamente intocable.

Abatido por el aire en mis pulmones, rasgando el llanto infernal cuál súcubo del dragón.

Anhelo que lloviere en la pradera, limpiaría el insomnio de las ventanas. Así podría ver la noche y descansar.

Lagunas mentales en mares vaginales escuchando instrumentales esperando el momento preciso para saltar.

Detrás Del Ébano ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora