Carta para la Abuela

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Insomnios sin retorno, son los que me mostraban tu rostro al cerrar mis ojos.

Quisiera decir que sientes lo mismo pero... No.

Ya no eres capaz de sentir. Satén y seda te acompañan, roble adornado de acero te arropa, no hoy, no mañana, tampoco en mil años. Sino toda una eternidad. Es mucho más de lo que viviré, pero no mucho más de lo que te extrañaré.

Prometo no sonrojarme otra vez, prometo no incomodarte de nuevo, prometo quererte como lo hiciste con empeño, amarte sin redimirme, escribirte, aunque sepa que ya no existes.

Detrás Del Ébano ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora