Colores opacos

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—Perdón Dios, perdón.

—¡Oh! Señor perdón.

—no quise golpear a mi esposa, ni maltratar a mi hijo, era el demonio quién actuaba, perdón señor, perdón —

Y el perdón que no lograste conseguir por ti mismo lo sueltas, emulando a los botes fúnebres con velas y flores de loto.

Quién más podría perdonarte sino quienes heriste, lastimasteis y golpeasteis. ¿Quién, Jehová?

Los errores son las cadenas ruidosas del pasado.

Violadores, asesinos, estafadores y ladrones salvados por un supuesto "Dios" omnisciente,  el mismo "Dios" que no tomó acción alguna cuando aquellos surcaban la zanja hacia la violación, muerte y hurto, aquél quién deja morir y sufrir a sus hijos.

Si es todo poderoso pero no puede interferir en nada, entonces no es todo poderoso.

El hombre en batalla con su moral ética y valores ya posee suficiente lucha, como para que el mundo le dicte qué hace y que no.

La creatividad en sublevada. La ignorancia repartida en masa exponencialmente.

El muerto Enmanuel

Detrás Del Ébano ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora