La expresión no tiene amor, el amor, carente de expresión coherente corpórea.
Arrastrándome entre las ramas del árbol de vida, observando. Cuando el cielo toca la tierra, cómo las nubes rozan tu cuerpo.
Suenan las cadenas a mis espaldas,
junto al gorgotear del observador.Cuervos de sangre y viento,
acusadores de la muerte tangible,
tropezando, dejando huellas en el
lodo morboso tornasol.Rebosante de tristeza, vacío en la oscuridad.
Olvidado en la multitud, sólo, desesperado, aún cuando la horda ignorante exalta lo que
no conoce.Kilómetros separando el alma de mi cuerpo. Ambivalente, la iridiscencia.
Cornucopia de sombras y lamentos,
desteñidos por la noche sin luna,
por los cielos sin estrellas.Arded plebe en el tártaro.
Susurrad al impío desde el purgatorio.Anónimos del más allá. Punzantes en la eternidad.
Cuál zarpazo de águila muerta purulenta.Con los destellos de noche en el día,
como la luz en la penumbra.Telas negras intangibles aunque mortales, negras, aquellas telas, cubriendo lo inevitable. Lo perpetuo.
Siento como me anhela, me desea entre sus huesudas garras.
Ángel de Averno, desaparece, aún no es mi hora, cuando llegue te llamaré, y tu estarás allí, lo sé.
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Detrás Del Ébano ©
PoetryEl mundo suele ser confuso cuando va en tu búsqueda, las hegemonías simples son las que golpean hasta dejarme sin aliento. Las mandó el viento, triste realidad de aquellos lamentos. Detrás del ébano es el tercer poemario que escribo. Éste es el refl...