Dragón de cartón

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Tuve miedo de ver e indagar en la penumbra, de saber quién se encontraba en ese lugar, quién era el que me golpeaba incesantemente, quién era el causante de mis pesares. Más no vi venir lo que se aproximaba, cómo luceros parpadeantes en la noche vislumbre mi propia mirada, el mismo olor, las mismas ganas, supe allí que el demonio de ojos negros brillantes en las sombras era yo, un simple espejo dando fidedigno reflejo de la bestia golpeada luchando en su propio infierno, no había nadie más sino yo, viendo mi imagen en pleno revuelo.

Detrás Del Ébano ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora