Tuve miedo de ver e indagar en la penumbra, de saber quién se encontraba en ese lugar, quién era el que me golpeaba incesantemente, quién era el causante de mis pesares. Más no vi venir lo que se aproximaba, cómo luceros parpadeantes en la noche vislumbre mi propia mirada, el mismo olor, las mismas ganas, supe allí que el demonio de ojos negros brillantes en las sombras era yo, un simple espejo dando fidedigno reflejo de la bestia golpeada luchando en su propio infierno, no había nadie más sino yo, viendo mi imagen en pleno revuelo.
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Detrás Del Ébano ©
PoésieEl mundo suele ser confuso cuando va en tu búsqueda, las hegemonías simples son las que golpean hasta dejarme sin aliento. Las mandó el viento, triste realidad de aquellos lamentos. Detrás del ébano es el tercer poemario que escribo. Éste es el refl...