Se observaban, eso era seguro.
Se tocaban, no sus pieles, sino desde lo más profundo, se amaban, sin condición. Se anhelaban, sin importar la historia tras de ellos.Y los dedos no tocaban sus pieles, más el sentir, era lo subjetivo. Erizando la tez surcaban los deseos.
Cuando sus ojos de lágrimas estaban llenos, el hombre y la mujer fueron uno y también almas desconocidas una de la otra.
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Detrás Del Ébano ©
PuisiEl mundo suele ser confuso cuando va en tu búsqueda, las hegemonías simples son las que golpean hasta dejarme sin aliento. Las mandó el viento, triste realidad de aquellos lamentos. Detrás del ébano es el tercer poemario que escribo. Éste es el refl...